A menudo, el «retrohamor» (si se me permite la expresión) es usado como reclamo para atraer a cierto sector del público gamer y luego pasa lo que pasa: solo unas pocas obras daban la talla y los títulos que alcanzan el mínimo de calidad exigido brillan por su ausencia. Pues bien, resulta que Mutant Mudds se encuentra dentro de ese grupo de juegos que, apelando a nuestro cariño por los píxeles como puños, no solo consigue el aprobado con buena nota sino que puede que incluso (si te descuidas) acabe siendo uno de tus juegos favoritos del catálogo de la portátil de Nintendo.

Y es que Mutant Mudds es uno de esos juegos por los que al principio no apuestas nada pero que acaba enganchando cosa mala. Todo lo que gira a este entretenido juego desarrollado y editado por la gente de Renegade Kid, destila esencia «ochobitera» por los cuatro costados. La trama es (como suele habitual en un juego de estas características) simple y efectiva, sin dar lugar a complejidades y sobre todo muy simpática. Resulta que la tierra ha sido invadida por mutantes de barro que están sembrando el caos por doquier. Nuestro héroe es un niño rubio y con gafas enormes llamado Max que, tras contemplar por la televisión de su abuelo la invasión de los alienígenas, decide hacerles frente con la ayuda de su mochila propulsora y su pistola de agua.

Partiendo de esta premisa, a los pocos minutos ya sabes si el juego te va a encantar o, por el contrario, si es de esos que no tocarías ni con un palo. Yo me inclino a pensar que alguien en su sano juicio descubriría enseguida que es de esos títulos que, si bien no te ofrece nada innovador y que lo que aparece en pantalla puede que lo hayas disfrutado millones de veces, la realidad es que te está gustando tanto que no puedes dejar de darle caña.

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Estamos ante un juego de plataformas en 2D con desplazamiento de scroll lateral, con una mecánica de juego sencilla a la par que adictiva. Manejando al pequeño Max, tendremos que avanzar durante los 40 niveles que conforman el juego eliminando a los extraterrestres de barro con nuestra pistola de agua. Siempre teniendo cuidado de no caer de las plataformas, ya que moriríamos al instante. Contamos con la inestimable ayuda de una mochila propulsora que nos dota de cierta ventaja contra nuestros enemigos, ya que nos permite volar durante varios segundos y sortear de ese modo los distintos niveles del juego.

Un detalle característico del título es que juega a menudo con la perspectiva, con simple truco que se ve reforzado por el efecto 3D de la máquina. Así, en ocasiones desplazaremos a Max al fondo de la pantalla y luego hacia adelante (variando un poco el esquema clásico del género) en un intento de dotar al título de un toque de profundidad. Esto también ocurre con algunos enemigos a los deberemos evitar si no queremos fenecer en el intento. Mención especial a lo bien implementados que están los controles, hecho que propicia que manejar al simpático protagonista sea todo un placer para los amantes del género.

Y es que la esencia de este Mutant Mudds está en las plataformas y eso lo cumple a rajatabla, de una manera clásica y bien realizada. Visitar distintas estancias para ir superando niveles y cumplir nuestro objetivo. Como se ha hecho toda la vida, vaya. Todo esto, aderezado con unos gráficos pixelados que destilan amor por el mundo retro en pleno 2012, como se puede ver en el vídeo y en las imágenes que acompañan a este artículo.

No puedo dejar de lado la música. Realmente entrañable, amigos. Y muy lograda, al igual que los efectos de sonido. Señalar que cuando escuché sus canciones por primera vez me recordaron mucho a las melodías del juego Scott Pilgrim vs The World (PS3, Xbox 360) que nos dejó Ubisoft el año pasado, otro ejemplo claro de juego con aire retro hecho en la actualidad y que es todo un must have. Me gusta que las canciones tengan ese regusto a los juegos de la mítica Game Boy. La verdad es que jugando a este título todo está hecho con mimo para emocionar al «retrogamer» que llevamos dentro. Es un título que me recuerda mucho a los antiguos juegos de consolas como NES (por poner otro ejemplo) y no solo en la música sino en otros detalles como el apartado gráfico o los mencionados diseños de niveles.

Y es que si hay un juego que no puede faltar en tu colección, si eres amante de los juegos de la era de los ocho bits, es este. Y por solo 9 euros en la eShop hace rato que deberías haber dejado de leerme para salir corriendo a descargarlo. Ah, y que no se me olvide mencionar que recientemente se ha confirmado que habrá una versión «Deluxe» para Wii U y podremos disfrutar de las aventuras del pequeño Max en la nueva consola de Nintendo. De momento, y hasta saber más sobre lo que esta ofrecerá, desde Gamikia te recomendamos encarecidamente este Mutant Mudds para 3DS. Diversión como la de antaño en cualquier parte y a buen precio.