Uno de los videojuegos independientes que, sin ser una novedad, más gratamente me han sorprendido este año y que, por las razones que se expondrán en este artículo, se ha convertido por méritos propios en uno de los imprescindibles en mi Steam Deck, es ‘Valfaris‘. Este título de original nombre es la propuesta de acción y plataformas del estudio Steel Mantis Games (responsables del también fantástico ‘Slain: Back from Hell’) que llegó en 2019 a PC y consolas (PlayStation 4, Xbox One y Series X/S y Switch) de la mano de Big Sugar. Y adelanto que, entre esos méritos están una jugabilidad muy adictiva, un buen apartado gráfico y, lo que terminó por atraparme finalmente como buen fan del Metal: Una espectacular banda sonora.

Ambientado en un lejano punto del espacio exterior, el juego nos presenta a Therion, el orgulloso hijo del planeta Valfaris, el cual regresa a su hogar tras un largo viaje para descubrir que su mundo natal está sumido en un caos demoníaco. Las fuerzas del mal han asolado Valfaris y resulta que el responsable de todo este desaguisado es Lord Vroll, el padre de nuestro protagonista. Ni corto ni perezoso, con la ayuda de Hekate (una IA de apariencia femenina) y armado con un poderoso arsenal, el amigo Therion deberá destruir a las hordas de demonios cibernéticos y otras extrañas criaturas hasta dar con el paradero de su progenitor para matarlo. Sí, cometer parricidio es la única forma de liberar Valfaris del ataque de un mal arcano.

Cuando arrancas el juego, lo primero que llama la atención es el estupendo trabajo pixel art y los impresionantes diseños del artista Andrew Gilmour. El apartado gráfico es fantástico pero realmente es el arte del juego el que se lleva todos mis aplausos. Los escenarios, los jefes finales e incluso las armas son absolutamente geniales. Junto al programador y diseñador Thomas Jenns, la labor de Gilmour es esencial para que el resultado final sea muy satisfactorio para los fans de este tipo de juegos.

"¡Los enemigos tienen un diseño alucinante!"
«¡Los enemigos tienen un diseño alucinante!»

Y es que este talentoso dúo nos brinda aquí un juegazo que tiene como base jugable la acción, la interacción con el entorno y los saltos entre intricadas plataformas. Disparos y espadazos, mayormente, pero también podremos manejar otras armas, que ciertamente son variadas y muy interesantes. Dichas armas podrán ser mejoradas (se puede subir de rango nuestro equipo encontrando ciertos ítems) y cuando comenzamos son básicamente tres: la pistola de plasma (el arma de mano de Therion, la cual dispara plasma sobrecalentado), la hoja de plasma, cuyo ataque, si es ejecutado correctamente, descuartiza a los enemigos cuando se acercan demasiado y, por último, el «Espectro Infernal»; una especie de ametralladora que emite un torrente incesante de almas atormentadas y que nos va a sacar de apuros en más de una ocasión. También podremos guardar nuestros avances en los llamados «Puntos de resurrección», que sirven para rellenar las barras de salud y de energía. Finalmente, cabe señalar que Therion puede usar una especie de escudo para bloquear ataques o desviarlos pero no podremos movernos al realizar esta acción, hecho que dificulta un poco más el avanzar de fase.

Evidentemente, el juego recuerda por momentos a sagas como Metroid (salvando las distancias) pero la influencia máxima la encontramos en clásicos como Turrican o Contra, ya que podría decirse que Valfaris es un casi un canto de amor a este tipo de plataformas de acción de la época de los 16 bits. En todo momento el juego exhibe una dificultad importante pero no excesiva, como ocurre con otros títulos que castigan severamente al jugador. Otro aspecto interesante es que este título está ambientado en el mismo universo de ‘Slain: Back from Hell’, el otro gran éxito de la desarrolladora independiente y por eso, sin hacer spoilers, muchos elementos de este van a aparecer aquí también. La secuela, ‘Valfaris: Mecha Therion’ fue publicada el pasado año y, aunque llegó con algunos cambios, es digna sucesora.

La música es el otro gran punto fuerte de juego. De hecho, el nombre del protagonista del juego está tomado de una de las formaciones clásicas del Metal Extremo. Por ello, merece una mención aparte (y que finalice el texto hablando de ella) la banda sonora del juego, compuesta por el ex guitarrista de los míticos Celtic Frost, Curt Victor Bryant. Si eres fan de dicha banda, de grupos como Fear Factory o del Metal en general, lo vas a gozar con el  magnífico trabajo de este señor. Y poco más que decir; simplemente indicar que cada minuto que inviertas en jugar a esta fantasía de poder maravillosa repleta de sangre, Metal y píxeles llamada Valfaris en la que todos los elementos están brillantemente dispuestos para que juntos conformen un grandísimo juego 2D, es realmente disfrutable y, en la humilde opinión del que escribe estas líneas, es un juego que no te puedes perder.