El amigo David Redondo Soto nos visita de nuevo para desgranar 'Private Eye', un cómic de Brian K. Vaughan y Marcos Martin que nos sumerge en un futuro aterrador que, desgraciadamente, cada vez está más cerca de convertirse en realidad...
Somos una sociedad volcada a la información.
Facebook y otros medios son una buena muestra de ello.
Mostrándonos ante el mundo (y ocultándonos bajo avatares o pseudopersonajes) como voyeurs ansiosos por compartir/difundir/espiar datos, a veces irrelevantes, a veces increíblemente necesarios de transmitir ante la opinión publica.
Eso sí, tras el velo que supone la pantalla de un ordenador o un teléfono móvil.
Nuestra seguridad está garantizada .
Nuestra imagen no puede ser dañada.
Nuestros secretos, ocultos en la Nube.
¿Seguro?
Ahora.
-Eso es
CLIC (foto)
-Quítatelo
CLIC
-Quítatelo todo
CLICCLICCLIC
En la distancia, la cámara de fotos consigue su objetivo.
Trabajo hecho.
Antes.
La Gran Inundación hizo que la ciudad de Los Ángeles tuviera que ser protegida bajo un gran muro, a modo de gran presa que sofocara la fuerza de la crecida de las aguas.
En el pasado, la sociedad confió en La Nube como mecanismo para salvaguardar toda la información, incluyendo sus oscuros secretos y deseos ocultos.
Pero cuando un día (que duró cuarenta días y cuarenta noches) ese mecanismo se vino abajo y todos los datos se hicieron públicos, la sociedad como tal, dejó de existir para convertirse en un nuevo gobierno llamado El Cuarto Estado.
Ahora. Año 2076.
La Prensa es el nuevo responsable en El Cuarto Estado de velar por la seguridad de la privacidad de la ciudadanía. Todos los datos son recopilados y almacenados en Bibliotecas. La privacidad se ha convertido en el valor que sustenta la nueva sociedad y sus ciudadanos, convertidos en avatares, esconden y rebuscan en su pasado, ocultando sus rostros bajo mascaras permitidas por ley. La Cuarta Enmienda se ha convertido en los cimientos que sustentan los nuevos códigos sociales.
El derecho a la privacidad de los individuos por encima de todo. Todo el mundo puede/debe ocultar su rostro/identidad bajo mascaras.
P.I., un joven mestizo de veintitantos, es paparazzi.
Su trabajo: descubrir cualquier secreto por una buena cantidad de dinero. Sus herramientas: una gabardina que le proporciona mimetizarse con el entorno y una antigua cámara de fotos.
Su contrapartida, el Diputado Corresponsal Strunk, quien intentará atraparlo después de ser pillado in fraganti haciendo fotos a una mujer en la intimidad de su hogar.
Con ayuda de Mel, una adolescente demasiado joven para poder llevar máscara, pero capaz de conducir como una experta piloto, haciéndole las funciones tanto de chófer como de confidente de cualquier rumor y su abuelo, un anciano de noventa años, un hípster de la vieja escuela, experto en antiguas tecnologías como Apple o FaceBook, se verán involucrados en el caso de una mujer que quiere investigar su propio pasado.
Pero un asesinato hará que P.I. quiera ir mas lejos en la historia y se adentre en una conspiración que quiere traer de vuelta… Internet.
Ponte la máscara y sumérgete en esta nueva sociedad.
Oculta tu pasado.
Evita tus errores.
Olvida tus recuerdos.
Olvida quien fuiste.
Tu vida ahora es segura… bajo la máscara.
Brian K. Vaughan nos plantea de manera magistral (atención al magnífico personaje del abuelo que nos representa como generación) la cuestión de la privacidad como una herramienta que, mal planteada o directamente expuesta a la opinión pública, puede acarrear diversos peligros.
Acompañado brillantemente en el lado artístico por Marcos Martin y Muntsa Vicente. El trabajo de Martin es sobresaliente en el diseño, tanto de personajes, como de entornos o edificios, una maravilla que, acompañada al color vivo, luminoso de Vicente, se convierte en un espectáculo muy atractivo, tanto en composición de páginas como en ritmo visual.
Bajo una premisa noir (atención a las referencias a El Halcón Maltés o La Ventana Indiscreta) en un futuro brillante (alejado de lo que podría ser la oscuridad de Blade Runner) y Pop (Madonna murió en 2017 con 59 años y Schwarzenegger controla la Sanidad), Vaughan nos plantea la reflexión sobre el uso/abuso de Redes Sociales, Internet o la Sociedad actual de la Información.
Un guion muy interesante, con un cierre que puede no contentar a todo el mundo pero que sí convence (y mucho) en su totalidad, como una obra muy disfrutable ergo recomendable.
En la (estupenda) edición ‘Hard Cover’ encontraréis extras tan interesantes como la correspondencia mantenida vía email entre Martin y Vaughan o diseños varios de Martin, como personajes o edificios.
El regalo perfecto de estas navidades para los amantes de la buena ciencia ficción o simplemente para aquellos que quieran sumergirse en un futuro ¿lejano?
Me pongo la máscara y me alejo entre la multitud.
No soy nadie.
No fui nadie.
The Private Eye
Artículo escrito por David Redondo