En ocasiones, el mundo del videojuego es muy injusto con determinados títulos. Lo hemos visto con juegos como The Order: 1886 y otros casos más o menos recientes en los que la crítica y los medios especializados se ceban con un determinado título o, lo que es peor: lo ignoran deliberadamente en favor de otros juegos más mediáticos. Esto último, le sucedió a Days Gone, el juego del cual os voy a hablar hoy en la web. Un título lleno de virtudes que vio la luz en 2019 y que, por razones que escapan a mi entendimiento, en un principio no tuvo la atención que realmente merecía por parte de la prensa. Afortunadamente, ya no es como hace unos años en los que mucha gente se dejaba llevar sola y exclusivamente por las notas (una lacra para el mundillo, en mi opinión) o por otras cuestiones de relativa importancia y una gran mayoría de usuarios de PS4 (y más recientemente en PS5 y PC también) disfrutaron mucho de todo lo bueno que ofrecía el juego y sí supieron apreciar el enorme trabajo de los chicos de Bend Studios (Syphon Filter, Uncharted: The Golden Abyss).
Days Gone está ambientado en un mundo post-apocalíptico en el que conocemos la historia de Deacon St. John, un ex soldado y ex miembro de una hermandad de moteros denominada The Mongrels MC que, en el inicio de una misteriosa infección vírica que acaba convertida en una letal pandemia que modifica genéticamente a los seres humanos y animales, tiene que separarse de su novia porque esta acaba herida de gravedad cuando intentan huir de una turba enfurecida. La joven, llamada Sarah, sube a un helicóptero de N.E.R.O. (la organización nacional de respuesta para emergencias) para ir a un hospital de campaña. Pero sólo hay sitio para dos ocupantes más, de modo que Deacon decide quedarse cuidando de su amigo del alma, Boozer (algo magullado también) y así protegerlo de lo que se avecina en el estado de Oregón, pues las cosas se están poniendo realmente feas en esta ciudad.
Antes de marchar, Deacon le entrega a Sara su anillo de la hermandad y le promete que irá a buscarla pronto. Su única esperanza de encontrarla, es que James O ‘Brian, un estudiante de posgrado de esta organización que se encarga de ayudar a evacuar heridos en estos transportes, le diga a qué sitio se dirigen para que puedan ir a por ella cuando esté curada. Pero poco después, el mundo, tal y como lo conocemos, se va al garete y sólo queda ya sobrevivir a cualquier precio.

Nos situamos entonces casi dos años después y encontramos a unos Deacon y Boozer más curtidos, sobreviviendo como pueden en lo que ellos llaman «La Mierda» (es decir, todo lo que no sea estar protegido bajo el cobijo de los pocos asentamientos de supervivientes que existen en el estado de Oregón) ya que, por culpa de esta extraña infección de origen desconocido, más de la mitad de la población del estado se ha transformado en unas criaturas letales y rabiosas conocidas como «Engendros» (Freakers, en el original). Estas aberraciones, antaño humanos, se mueven principalmente de noche y suelen hacinarse en hordas que lo arrasan todo a su paso. Además, están mutando en distintas subespecies y por ello la raza humana podría estar casi al borde de la extinción. El mundo tal y como lo conocíamos parece haberse ido al garete (al menos en territorio norteamericano) y únicamente podrás sobrevivir por esta zona si eres capaz de moverte rápido (el manejo de la motocicleta por tanto, aquí es fundamental) y si eres hábil en el manejo de armas (ya sean de fuego o blancas) e incluso ballestas, cócteles molotov, bombas de tubo, un taser o granadas de fragmentación.
La historia tiene el encanto de esas producciones audiovisuales que tocan temáticas de supervivencia, infectados y futuros devastadores para la raza humana. Y todo, bien empaquetado y desarrollado, funciona realmente bien para los fanáticos de este tipo de productos. Y no sólo funciona como juego (porque es muy divertido y adictivo) sino por cómo está contada la odisea de Deacon en este nuevo mundo hostil del que poco a poco iremos descubriendo cosas (al tiempo que se nos revela cómo hemos llegado a esta situación) sino también por el excelente manejo del desarrollo de personajes y por cómo coloca al jugador al frente de unas situaciones que derivan en conflictos morales y éticos en un entorno en el que no puedes permitirte ser «bueno» porque eso podría acabar matándote. La labor de escritura es bastante correcta para lo que se suele encontrar uno en este tipo de juegos, aunque sin llegar a los niveles de excelencia de cosas como The Last of Us.

Además, el juego realmente cumple de sobras en el apartado visual e incorpora algunos detalles a nivel técnico realmente interesantes. Los entornos de Oregón (con su sobresaliente cambio climático afectando a ropas, personajes o vehículos), el modelado de personajes, la ambientación y el lore del mundo en el que nos movemos, la elección de Sam Witwer para dar vida al protagonista o el inmenso trabajo de Claudio Serrano en el doblaje al castellano son algunos de los grandes aciertos de un título con más aciertos que errores. Mención especial para las hordas de cientos de engendros en movimiento que te persiguen de manera incasable para destrozarte. Quizá lo mejor del juego es la agobiante sensación de toparte con una de las mencionadas hordas y saber que tu vida corre peligro de manera extrema. Pocos videojuegos logran transmitir tan bien dicha sensación. El apartado sonoro juega un papel importante también (apartado en el cual el juego no defrauda tampoco, al contrario) ya que tanto los momentos música de tensión o los efectos de sonido son fantásticos, amén del propio soundtrack del juego.
Por desgracia, y como suele ocurrir desde hace ya varios años en muchos de los grandes lanzamientos, Days Gone se lanzó con una serie de problemas técnicos aunque, afortunadamente, estos no llegaban a empañar del todo la experiencia. En determinadas fases del juego se producen diversos bugs (algunos de ellos hilarantes) o hacen acto de presencia de manera frecuente viejos conocidos de la afición como el clipping o el popping. Como digo, no es perfecto a nivel técnico ni mucho menos pero realmente tampoco le hace falta para encandilar al jugador. Lo verdaderamente importante de este título está en su inmensa narrativa, su historia principal y las distintas sub-tramas que aparecen en el transcurso de nuestro viaje (algunas como misiones secundarias) y en sus completas mecánicas jugables. Además, hace poco se lanzó un parche que corregía algunos de los problemas mencionados aunque, lamentablemente, no llegaba a eliminarlos del todo.
Y si el juego funcionó tan bien y con esos mimbres podían haber sacado una secuela aún más grande y mejorada, incluso añadiendo nuevas mecánicas de juego, nuevos medios de transporte y armas e incluso la posibilidad de controlar a más personajes o desarrollar un modo multijugador, ¿por qué se decidió que no pudiésemos disfrutar de Days Gone 2? Pues, aparte de otras cuestiones, según informó la revista Playmanía, a pesar de vender la increíble cifra de 8 millones de copias, fue Jeff Ross (uno de los directores del juego) el que desveló que Sony perdió el interés en una segunda parte cuando Shawn Layden (director de SIE Studios) abandonó Sony en 2019 y tras ello, ninguna de las ideas y las propuestas convencieron a los gerifaltes de la compañía nipona y por ello la secuela no obtuvo luz verde. Es más, en la propia publicación afirman que Bend Studios intentó hacer un nuevo título de la franquicia Syphon Filter y dicho proyecto tampoco salió adelante.
Cierto es que quizá el último tramo del juego, con la revelación de los planes de la milicia y la aparición de nuevos personajes y situaciones que no son importantes para la historia, no tiene la misma fuerza que el inicio mismo del juego pero Days Gone logra suplir estas posibles carencias con la aparición de nuevas hordas más pequeñas pero en entornos asfixiantes y otras misiones secundarias que sí revelan detalles de interés. En cualquier caso, lo que sí debe quedar patente es un juego que da lo que promete e, incluso, es muy inmersivo por momentos. Porque, aparte de lo tremendamente divertido que es recorrer este devastado mundo en tu moto para cargarte a tantos infectados, saqueadores, anarquistas y demás escoria, Days Gone es un título en el cual la historia tiene mucha importancia pero que no se olvida del medio en el cual ha elegido plasmar su narrativa e incorpora unas mecánicas de juego que están bien adaptadas a cada momento concreto de la misma. Ir descubriendo cómo va evolucionando el virus, dónde se originó, las mutaciones que van apareciendo (gracias al espionaje a los científicos de N.E.R.O.) y ese maravilloso epílogo que podría dar pie a una posible secuela, es algo que no debería perderse ningún aficionado a los juegos de este estilo. Palabra de errante.