El pasado fin de semana tuvo lugar en la capital de España una nueva edición de RetroMadrid, el evento más querido por todos los amantes del videojuego clásico, los emuladores y los ordenadores viejunos. Una feria dedicada al mundo retro en todas sus vertientes que, si bien mejoró algunas cosas respecto al año pasado, estuvo marcada por algunos fallos de organización que dejaron un amargo regusto a los asistentes que llegaron de todos los puntos de la piel de toro.
RetroMadrid 2014 se celebró una vez más en el Matadero de Madrid (como viene siendo habitual desde 2012) y hay que señalar que la nave habilitada para las exposiciones (el pabellón) estuvo mejor acondicionada y tanto la iluminación como la ubicación de algunos stands mejoró de manera considerable respecto a ediciones anteriores (el año pasado el ambiente era asfixiante y lúgubre a partes iguales) y ahora era más fácil disfrutar de lo expuesto mientras recorrías la nave, por lo que en ese sentido todo correcto.
Lamentablemente, la organización no estuvo especialmente hábil en ciertas cosas básicas. Por ejemplo, la ubicación del stand de «Videojuegos Por Alimentos» (iniciativa encabezada por el amigo Pablo Avilés), que a mi modo de ver, estaba «demasiado escondido». Situado en una esquina de la nave, encontrarlo resultaba una ardua tarea, ciertamente. No fueron pocos los que se quejaron de que una propuesta de este estilo, de carácter benéfico debe contar con un espacio a poder ser cuanto más visible, mejor.
Tampoco pudimos disfrutar este año de la exposición de «La historia de las consolas» pero a cambio, se presentaron muchos nuevos proyectos de jóvenes (y no tan jóvenes) desarrolladores que están aportando actualmente su granito de arena al mundillo; como es el caso de Pocket Lucho y el resto de integrantes de 1985 Alternativo, los cuales mostraron a los asistentes el desarrollo de «Antarex«, el nuevo shoot em’ up que están preparando.
Tampoco faltaron las aventuras gráficas (como «Randal’s Monday», por poner un ejemplo) ni el rincón indie, capitaneado por la gente de Indie-o-Rama que en su stand tenían el genial Teslagrad, una de las mejores apuestas del género independiente ya disponible en PC, que por cierto llegará este 2014 a Wii U y PS Vita. No podemos dejar de mencionar tampoco a la gente de Relevo Videogames, ya que en su stand contaban con jugoso material como reediciones de sus grandes juegos y CD’s con bandas sonoras de algunos de sus trabajos.
Además de estupendas zonas de compras como la que habilitaron la gente de 16 Bits Era, repetían un año más, entre otros, los chicos de Retroworks, Tienda Emere y Retrocables, por lo que esta parte de la feria estaba bien surtida de material. También pudimos disfrutar probando todo tipo de máquinas recreativas y ordenadores clásicos (a destacar la mesa que directamente tenía acoplados los mandos arcade en ella para poder jugar, algo bastante curioso que hizo bastante gracia al personal) e incluso comer dulces con la forma de nuestros personajes favoritos.
La parte artística del mundo del videojuego estuvo bien representada con la presencia del gran dibujante y portadista Alfonso Azpiri, con el que todo el mundo quería ser fotografiado (no es para menos, ya que es una leyenda viva) y con el conciertazo que ofreció la banda 3 Bit Band, formada por músicos como el genial @Gryzor87.
Para los amantes de la lectura videojuguil, además del stand de Micromania, la gente de GamesTribune vendió como churros un formidable especial elaborado con motivo de la feria y el amigo Jaume Esteve, que estuvo firmando ejemplares de «Obsequium«, su última obra literaria basada en la mítica videoaventura «La abadía del Crímen«, un título legendario del software español.
Hasta aquí la parte «bonita» del evento, si se permite la expresión. El malestar de la gente (y la razón por la cual sospecho que esta ha sido la última edición de la feria en el Matadero de Madrid, aunque esto es una opinión muy personal) llegaba con el caos que se montó con el tema del aforo y el desaguisado organizativo que supuso la habilitación de los accesos de la gente a Retro Madrid 2014.
Para empezar, no sabemos de quien fue exactamente la culpa pero el tema de las acreditaciones de prensa iba bastante lento. Hasta el punto de que aquellos que tenían que asistir como conferenciantes (véase el caso de la gente de Hobby Consolas) llegaron tarde a su propia conferencia. Y es que colocar una ponencia a la misma hora que se abren las puertas del evento es un error garrafal, porque de ese modo corres el riesgo de que por culpa de algún contratiempo no estés a tiempo preparado para comenzar.
Pero eso no fue lo peor. El auténtico desastre llegó con la incomprensible decisión de hacer validar la entrada a la gente que ya la había comprado online y no informar adecuadamente de ello (con lo que se duplicaban las colas, una para validar la entrada y otra para poder entrar) hecho que provocó el enfado de algunos de los asistentes que habían comprado su entrada a través de esta vía y que no entendieron esta manera de proceder esta organización. Además, se extendió el malestar entre el resto de los que aguardaban su turno y los que estaban dentro, porque hubo gente que directamente se quedó sin asistir al evento.
Por si fuera poco, el primer día se produjo una desagradable situación al quedar limitado el aforo a sólo 400 personas, hecho que motivó que mucha gente se quedara sin entradas ya que la organización tuvo que reaccionar rápido ante la supuesta imposición de última hora por parte del Ayuntamiento y suspendió la venta de tickets durante buena parte de la mañana. La explicación de Jesús Fabre, uno de los organizadores, cuando le preguntamos por ello fue que la orden llegó a última hora del día 24 de abril, dejándoles muy poco margen de maniobra para actuar, tal y como podéis leer en el comunicado oficial que se publicó en la página oficial de Facebook del evento.
En resumen, luces y sombras en esta Retro Madrid 2014 que, si bien no ha sido todo lo que se esperaba para este año, estas desafortunadas situaciones deben servir para que en las siguientes ediciones no vuelvan a repetirse errores como los señalados. Lo mejor del evento, como siempre, es disfrutar de todo lo relacionado con los videojuegos en compañía de buenos amigos y conocer a gente con gustos afines. Porque al final del día, es lo que uno siempre recuerda. Nos vemos en Retro Madrid 2015… O no.
Fotos por cortesía de: @Bad_Spencer