Siempre que toca hablar de una adaptación al cómic desde cualquier otro medio hay muchos lectores que suelen torcer el morro porque no las tienen consigo o desconfían del resultado final, por la razón que sea. Hoy estamos ante uno de esos casos en la que podemos afirmar categóricamente que nadie podrá quedar defraudado al acabar su lectura, ya que traemos a la web una maravillosa novela convertida en un espectacular tebeo. Estamos hablando de Moby Dick, de Herman Melville, cuya adaptación realizada por el artista norteamericano Bill Sienkiewicz (con la ayuda de Daniel G. Chichester en los textos) hace ya treinta años, conserva intacta toda su fuerza visual y su poderío narrativo. Un clásico de la literatura universal trasladado al universo de las viñetas de la mano de uno de los grandes del medio en estado de gracia que llega ahora a las librerías de nuestro país de la mano de los chicos de Astiberri Ediciones en una fabulosa edición en cartoné que verdaderamente hace honor a este genial cómic.
El relato del escritor neoyorquino, publicado en 1851, es uno de los más famosos de la literatura contemporánea y un mito de la cultura popular gracias también a la famosa adaptación cinemátografica de 1956, dirigida por John Houston (memorable la interpretación aquí del legendario Gregory Peck) y tuvo en 1990 su particular adaptación al cómic dentro de la línea Classics Illustrated en la que, lo primero que llama la atención es, obviamente, el enorme trabajo pictórico de Sienkiewicz, famoso por trabajos como ‘Moon Knight’ (El Caballero Luna), ‘New Mutants’ (Los Nuevos Mutantes) o ‘Elektra Assassin’ (Elektra Asesina), por citar sólo algunos. Con un estilo inconfundible ya (recordemos que por aquella época estaba en lo más alto de su carrera por cosas como Stray Toasters, una serie limitada aclamada por crítica y público), el artista opta por una paleta de colores oscura que gráficamente dota al cómic de las mismas sensaciones trágicas que se reflejan en la novela original de Melville.

Llena de angustia vital y de locura, la historia aquí contada podría parecer en principio, una simple historia de venganza. Pero esa sed de vendetta revestida de furia inusitada emanada de las entrañas del protagonista principal, el extravagante capitán Ahab, también posee otras connotaciones bastante más profundas. El encargado de hacernos transitar por esta aventura que se convierte en un descenso a los infiernos ambientando en su mayor parte en la inmensidad de los océanos es Ismael, el narrador de este relato en tercera persona, el cual, a bordo del Pequod nos cuenta la obsesiva búsqueda del capitán de dicho navío. La misión profética de Ahab es capturar a una temible ballena blanca llamada Moby Dick que le atormenta desde que un fatídico día le arrancara la pierna. Así, el enloquecido capitán arrastra consigo a la tripulación a su infierno personal y las consecuencias serán fatídicas.
Estamos ante una adaptación realmente fiel a la novela, sobre todo en lo que a las descripciones de los miembros de la tripulación se refiere. Todos los personajes están retratados de manera excelente y la narrativa gráfica es absolutamente brillante. La locura, la religión, las oscuras profecías y también están presentes aquí. Huelga decir que, prácticamente en cada página, Sienkiewicz nos ofrece una masterclass de noveno arte, usando algunas de sus habituales técnicas como el expresionismo y demostrando una vez más su apuesta por lo abstracto y el alejamiento de ciertos tropos del medio. El simbolismo, la épica y sentimientos como el odio o la ira están presentes en esta magna obra que se antoja imprescindible para cualquier amante de los cómics y la literatura que se precie de serlo. No podemos dejar de comentar tampoco la labor de traducción de Gonzalo Quesada, ya que es impecable. Editado maravillosamente bien por Astiberri Ediciones, una vez empiezas este tomo, te atrapa irremediablemente y ya no puedes evitar dejarte llevar por esta maravillosa propuesta. Imprescindible.