Quiero hablaros hoy de un juegazo de Mega Drive que en su día cautivó a propios y extraños. Un auténtico clásico de los arcades llamado «Chiki Chiki Boys» conocido en el mercado occidental como Mega Twins que deleitó al personal con miles de horas de entretenimiento plataformero. El título vio la luz en el año 1990 de la mano de la todopoderosa Capcom que, como bien sabéis, a pesar de no ser tan grandiosa como lo fue antaño se mantiene aun viva en la industria actual del videojuego como una de las más importantes y reconocidas compañías del ocio electrónico.

Tras cosechar bastante éxito en tierras niponas y Estados Unidos principalmente, la máquina recreativa dio el salto a varios sistemas entre los cuales estaba la popular consola doméstica de SEGA de 16 bits: Mega Drive (denominada Génesis en Canadá y la mayoría de países del continente americano).

Lo primero que me gustaría comentar es que quizá no sea un juego de los más conocidos por el gran público, ya que la mayoría recuerda siempre títulos como Sonic, Golden Axe o Shinobi, por nombrar sólo algunos ejemplos. La cosa es que seguro que hay muchísima gente que, al igual que el que suscribe, recuerda con cariño este juego de Mega Drive que tuvo también conversiones a otros sistemas.

La conversión para la consola de SEGA vio la luz en 1993 y Capcom nos presentaba un titulo para 1-2 jugadores prácticamente idéntico a la recreativa. Como ya he comentado un poco más arriba, fuera de Japón y en algunos otros países se conoció al juego con el nombre de Mega Twins, y es que los protagonistas eran dos simpáticos hermanos gemelos que van armados con una espada pequeña y un escudo, eliminando monstruos y demás bichejos con muy mala baba, atravesando un mundo lleno de plataformas y colorista a más no poder.

El título es un fantástico plataformas con scroll horizontal en el cual podremos jugar sólo o acompañado y tiene unos gráficos bastante buenos, en la línea de éste tipo de juegos. Son gráficos muy estilo dibujo animado japonés de la época, con unas animaciones muy divertidas (como cuando el personaje muere y saca la bandera blanca de rendición o se mueve a gran velocidad porque quiere escalar algún risco o pared montañosa.

Manejando a estos dos niños, teníamos que avanzar de izquierda a derecha e ir recogiendo una especie de monedas, joyas y demás abalorios o abrir cofres en los cual encontrábamos desde pociones «regenerativas» a mejoras para la espada y el escudo. Cómo veis, no faltan ninguno de los ingredientes clásicos de los juegos de los noventa. El sonido cumplía su cometido, en estos juegos no es demasiado importante (dicho sea de paso) y contaba los efectos especiales clásicos como la recogida de monedas o los golpes a tus enemigos.

La historia tampoco es que fuese demasiado relevante para el juego ya que el punto fuerte de éste tipo de juegos (y lo que los convierte en juegos atemporales) es su tremenda jugabilidad. Diversión garantizada incluso hoy día ya que los buenos juegos, como el vino, cuanto más envejecen, mejor saben. Además, si tu Mega Drive o PC Engine pasó a mejor vida, aún puedes echar unos buenos vicios a este título si posees una PlayStation 2 (o en su defecto una PSP/PS Vita) ya que está incluido en el recopilatorio de clásicos de Capcom. Si no es el caso, siempre queda la opción de instalar algún emulador en tu ordenador y que no se entere la «Policía del Retro». La cuestión es poder disfrutar hoy día de uno de los juegos de plataformas más divertidos de la compañía nipona.