Unir varias cosas que sabes gustarán a cierto tipo de lector, mezclarlas con atino y hacerlo con mimo y detalle, garantiza que el resultado sea, como mínimo, de interés para muchos. Algo así ocurre con «The Realm«, uno de los últimos trabajos que nos llegan desde el circuito norteamericano de cómics independientes. Partiendo de una premisa sumamente atractiva, como es la de mezclar imaginería y situaciones de temática post-apocalíptica con conceptos que bien podían haber sido extraídos de cosas como «Dragones y Mazmorras«, nos llega ahora el primer TPB USA que recoge los números del 1-5 de esta nueva serie editada por Image Comics (vaya, que sorpresa) y que narra las aventuras y desventuras de un grupo de guerreros que lucha por devolver al mundo la luz que ha sido arrebatada por las oscuras fuerzas del mal. Dicho así, quizá suene poco original o nada novedoso (de hecho, no es nada que no se haya intentado ya en otros formatos como el cine o la televisión) pero lo cierto es que este cómic logra lo que muchos han querido hacer y no les ha salido, por la razón que sea. ‘The Realm’ es una auténtica pasada y yo voy a contaros por qué.

Para empezar, tenemos un equipo creativo solvente, que realiza una fenomenal labor tanto a nivel guion como en el apartado gráfico. De la historia, se encarga el señor Seth M. Peck (el cual comandó el destino de los X-Men en Marvel de 2010 a 2013), al dibujo tenemos al genial Jeremy Haun (Batwoman, Detective Comics) que está a un gran nivel aquí y finalmente, como colorista, nos encontramos a un eficiente Nick Filardi, que realiza un trabajo preciso, dotando de más empaque aún si cabe al trabajo de Haun. The Realm nos sitúa en un mundo infestado por criaturas como orcos, dragones y otros seres fantásticos que, quince años atrás, se sumió en un caos y casi acaba destruido. De las ruinas de dicha devastación, surgió una civilización que lucha ahora por sobrevivir en una nueva era repleta de violencia, desorden y confusión.

«Sobrevivir a bandas sangrientas, orcos, dragones y asesinos salvajes no es tarea fácil»

Al principio de la historia (que arranca de manera espectacular, dicho sea de paso) vemos como Will Nolan, un mercenario que sobrevive en ese mundo aceptando todo tipo de trabajos peligrosos, es contratado por un variopinto grupo de supervivientes (compuesto por dos científicos y dos soldados) para que les ayude a llegar a Kansas City. A Nolan le acompaña siempre en las misiones más peliagudas su fiel amigo Rook (al que podemos definir como una especie de «SnakeEyes» de este mundo de pesadilla) que es experto en el manejo de diversas armas, en reconocimiento y sigilo. En el camino, tendrán que vérselas con peligrosos seres de diversa índole, con asesinos como el despiadado Redjaw (el líder de una de las más temibles bandas de los páramos) y, sobre todo, con la amenaza más importante de todas: el malvado hechicero Eldritch, el cual alberga un horrible mal en su interior ya que está poseído por una poderosa entidad oscura.

Además, nuevos supervivientes se unirán al grupo durante el viaje, hecho que hará cuestionarse a Nolan y al resto si pueden confiar o no en ellos. Veremos también momentos transcendentales del pasado de Nolan (y por ende del mundo en el que ha crecido) a modo de flashbacks. Nuestro protagonista ha sobrevivido a algunas cosas que le provocan pesadillas y que hacen pensar al lector que este también oculta secretos que más adelante serán revelados. La relación que se va estableciendo entre Nolan y Molly (otro grandísimo personaje) es otro de los puntos más interesantes de la trama, ya que Seth Peck realiza un fenomenal desarrollo de personajes al tiempo que nos descubre los diferentes seres y supervivientes (y sus motivaciones) o los escenarios en los que los estos van a ir moviéndose.

«El mundo de The Realm está lleno de peligros…»

El dibujo de Jeremy Haun es verdaderamente excepcional. No sólo porque el estilo de este fantástico artista casa muchísimo con la temática del cómic sino porque además aquí está especialmente acertado con la transición de viñetas, sobre todo en los múltiples momentos de acción y combates (The Realm está repleto de violencia y momentos sangrientos, como no podía ser de otra manera). El trazo de Haun es realmente muy atractivo, y apoyado por el estupendo trabajo al color del bueno de Filardi, logran que el cómic apruebe con una nota alta en lo que a este apartado se refiere. Como digo, cosas como el diseño de personajes (si os gusta esta temática, con esa mezcla de armas reales y elementos fantásticos, alucinaréis con el aspecto molón de los miembros de las bandas y los supervivientes o con las armas utilizadas) y el de las diferentes criaturas que moran por los desolados parajes de este mundo, harán las delicias de los seguidores de este tipo de historias. Mención aparte merece la mención de los artistas de las variant cover, entre los que se encuentra el mismísimo Jeff Lemire… ¡Este hombre está en todos lados, pardiez!

Esta curiosa mezcla de «Mad Max» con «El Señor de los Anillos» funciona a las mil maravillas. Ya hemos visto cosas similares en el cine con «Bright» o en libros y videojuegos basados en «Warhammer 40.000» pero nunca había quedado un producto tan redondo en el noveno arte. Y claro que hay precedentes similares en el mundo del cómic pero el acierto de «The Realm» es que se centra sobre todo en las relaciones de los personajes y en cómo han llegado a ser lo que son dentro de ese mundo, no sólo en cómo deben sobrevivir. Aunque a menudo ambas cosas estarán relacionadas. Ya sabéis, no olvidéis vuestras provisiones de comida no perecedera, agua, el botiquín y, sobre todo, balas. Muchas balas.