Tras la magnífica propuesta de Ubisoft Montreal con un Jason Brody protagonizando un FPS lleno de tensión y sorpresas en la jungla de Far Cry 3, la compañía gala vuelve a dar un puñetazo en la mesa y resucita de nuevo la franquicia, tan sólo un año después de su lanzamiento multiplataforma.

Aunque, en esta ocasión, lo hacen de una manera totalmente diferente a la anterior y nos deleitan con un título que, además de un enorme sentido del humor, atesora una buena colección de guiños espectaculares a la cultura popular de finales de los ochenta y mediados de los noventa.

Far Cry 3: Blood Dragon rompe con todo y nos deja un shooter en primera persona más loco y más divertido aún, si cabe. Un título muy especial que nadie debería obviar, sobre todo si es fan del género y además ha mamado del cine de acción de Stallone, Schwarzenegger y tantos otros héroes de la época.

El argumento nos sitúa en un futuro apocalíptico. La guerra nuclear que asoló la Tierra en los noventa ha pasado factura a la humanidad. Ahora nos encontramos en el año 2007, en un panorama no muy alentador y habiendo sobrevivido a un infierno radiactivo. Encarnando al sargento Rex Colt tendremos que embarcarnos en una peligrosa misión: descubrir qué está pasando en una misteriosa isla donde al parecer una facción de cyber-soldados del ejercito de Estados Unidos está desarrollando una potente arma biológica. Gracias a nuestras habilidades mejoradas por ingeniería cyborg y nuestra puntería seguro que podremos lograrlo. Pero las cosas no van a ser tan sencillas y la misión se complica desde el principio.

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Huelga decir que también alucinarán aquellos que se han dejado los cuartos en los míticos salones recreativos en su juventud con las múltiples referencias presentes desde el inicio del juego. Y es que el espíritu arcade está también presente en el juego desde el minuto uno. Las bromas, los momentos absurdos y la acción «old school» están garantizadas. Pero Far Cry 3: Blood Dragon aporta mucho más que un compendio de recuerdos de la infancia de un treintañero. Como shooter funciona a las mil maravillas, ya que consigue que el jugador se introduzca en la dinámica de juego desde el minuto uno, con ese hilarante tutorial y un buen desarrollo.

La IA enemiga es sobresaliente y eso le hace ganar bastantes puntos en el apartado jugable. Un control bastante preciso y de fácil manejo logran que nos hagamos con el juego rápidamente, con lo cual la diversión está garantizada. Otro punto positivo son las armas incluidas, llenas de guiños también y muy variadas. A lo largo de juego usaremos tanto armas de fuego (pistolas, rifles, etc.) como otras más variopintas como «shurikens», amén de poder lanzar granadas o colocar minas explosivas. En algunas ocasiones podremos elegir entre ir a saco hacia los enemigos o usar el sigilo para acabar con ellos. Una vez eliminados podremos «mangarles» los objetos, al más puro estilo Assassin’s Creed.

El apartado gráfico cumple sobradamente con su cometido y se le puede reprochar bien poco. Es más, a nivel de escenario y diseño de niveles me ha gustando bastante. El sonido es una verdadera pasada, con una música que «homenajea» (por así decirlo) las melodías y efectos de películas como Terminator (film del cual se ve que han sacado más de una idea los desarrolladores del juego) o Perseguido. Al escucharlas, nos transportaremos varios años atrás. Como no, hay que hablar de la traducción de los diálogos y la leyenda en pantalla de algunas instrucciones ya que son un verdadero puntazo que a buen seguro nos hará soltar más de una carcajada con sus ocurrencias. Por citar sólo algunas: «las coberturas son el condón de los tiroteos» o «Las alarmas suenan mucho. Para eso las han inventado». Y así todas. Geniales.

El doblaje al castellano es más que correcto (tiene algunas coñas divertidísimas) y cuenta con la impagable labor del ya veterano Lorenzo Beteta (Fox Mulder, Alan Wake, Leon S. Kennedy) que realiza un trabajo formidable. En su versión original es el actor estadounidense  Michael Biehn, conocido de sobra por haber encarnado a Kyle Reese en Terminator (A.K.A el papá de John Connor) o el cabo Hicks de Alien: El Octavo Pasajero, el que pone voz al personaje protagonista.

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Conclusiones

Si tenías grabada Desafío Total en VHS, fuiste al cine a ver el estreno de los Gremlins y tienes canas (o falta de pelo) de tanto jugar a Duke Nukem 3D o Doom, éste es tu juego. Un shooter en primera persona lleno de homenajes (el guiño a Commando del principio con el choque de manos entre Rex y Spider es antológico) que es una sátira a la cultura de los benditos años ochenta y noventa. Dos décadas que algunos hemos tenido la suerte de vivir y que hemos disfrutado como enanos, empapándonos de su vasta y extravagante cultura.

Aquí no vas a encontrar personajes envueltos en misteriosas tramas. Ni un ejercicio narrativo lleno de gran detallismo o citas bíblicas. ‘Blood Dragon’ triunfa donde otros pesos pesados de este año fracasan estrepitosamente. Su jugabilidad es adictiva, es tremendamente divertido y sus parodias son «tronchantes». Hablando en plata, como producto de divertimento digital es oro puro.

Far Cry 3: Blood Dragon se hará con tus sentimientos desde la intro (pixelada) y pasará a formar parte de tus juegos favoritos, gracias a su completo apartado técnico, sus dragones con rayos en los ojos y, sobre todo un enorme sentido del humor. Los chicos de Ubisoft han sabido pulsar la tecla adecuada para tocarnos la fibra sensible a muchos con uno de los juego imprescindible de este año que ya se puede descargar de PSN o XBLA. Ah, en PC se puede conseguir además en formato físico y no me extrañaría nada que también llegara a consolas de este modo. Yo volveré a comprarmelo sin dudarlo. Lo dicho, si aún no lo tienes, ya estás tardando.