Para los más viejunos del lugar Deadpool, el único e incomparable mercenario bocazas de Marvel Comics, siempre será Masacre. Este popular personaje creado por Rob Liefeld y Fabian Nicieza, protagonizó una serie de historias publicadas entre 2010 y 2013 con las que muchos (fans del personaje o no) disfrutaron de lo lindo gracias al singular estilo del dibujante Kyle Baker y, sobre todo, a las sórdidas tramas escritas por el genial David Lapham (Balas Perdidas).

El personaje propiedad de la Casa de las Ideas se presentó más despiadado (aunque igual de irreverente) y más letal que nunca en estos tomos de la colección 100% Marvel de Panini Comics que, enmarcados dentro de la conocida línea MAX, intentaban tocar siempre temas enfocados a un público más adulto y sin cortarse un pelo a la hora de reflejar ciertos temas en sus páginas.

En el caso de Masacre (o «Deadpool», para la chavalada) este enfoque era quizá más complicado de lograr (por la propia idiosincrasia del personaje) pero, pese a todo, en el primero de los tres tomos que componen la colección, llamado «Chalado» (título del cual os hablamos hoy en la web y que por cierto le va como anillo al dedo al mercenario bocazas) ya nos encontrábamos con tramas algo alejadas de las aventuras habituales a las que nos tiene acostumbrado este peculiar anti-héroe pero sin dejar de lado ese toque disparatado que lo caracteriza.

Masacre está fatal...

Para empezar, en el apartado artístico, el cómic cumple de sobra. Y es que es imposible no destacar el gran trabajo del artista neoyorquino Kyle John Baker, un autor bastante peculiar que imprime siempre un toque de calidad a sus trabajos (como ya demostró en obras como «Why I hate Saturn» o «Plastic Man»). Además, el estilo de este dibujante se aleja bastante de los estándares del mainstream de superhéroes y, personalmente, creo que eso es un tanto importante a favor del tebeo. La composición de determinadas páginas y el tratamiento del color son otro de los puntos fuertes de este apartado ya que son muy llamativos y aportan un toque muy personal al resultado final.

La historia, arranca con Wade Wilson en una misión encubierta y para la que recibe la ayuda del peculiar agente de Hydra llamado Bob (sobran las presentaciones). Pronto, el tebeo se adentra casi sin límites en tramas de nazismo, sexo perturbador, xenofobia, todo tipo de maltratos y otras lindezas. Con un toque más salvaje y cafre que el de otros cómics de Masacre, las truculentas historias de agentes infiltrados, organizaciones criminales, villanos atormentados, guapas psicóticas, violencia desmedida y apariciones estelares de personajes como Cable y otros conocidos del Universo Marvel; hacen de este «Chalado» un tomo muy a tener en cuenta no solo para los seguidores del personaje sino también para aquellos que busquen un enfoque más adulto de lo habitual. Porque aquí hay temas que son considerados tabúes, al contrario de lo que habitualmente suele suceder. Por todo esto, quizá no sea un cómic del agrado de algunos lectores marvelitas pero sí que es lo suficientemente interesante como para darle una oportunidad. Avisados estáis.