Warner Montreal tomó las riendas de la franquicia para mostrarnos los primeros años de Batman
En 2013, el detective nocturno volvió a las andadas para deleite de la legión de fanáticos del personaje en un formidable juego de acción que mezclaba una vez más varios géneros con bastante acierto. Y digo una vez más porque esta precuela de la saga repetía los mismos elementos que tan buenos resultados dieran a los dos anteriores juegos basados en Batman que vieron la luz en la séptima generación de consolas; la cual dijo adiós con la llegada de PS4 y Xbox One.
Hoy, que celebramos el Batman Day 2020, es un buen momento para recordar en el blog este título que ciertamente no tenía nada que envidiar al resto de títulos de la franquicia. Un verdadero juegazo que, además, injustamente no se incluyó en la versión Remastered de 2016 y tampoco estuvo en la Collection para PlayStation 4 y Xbox One lanzada en 2019.
Lo primero que hay que señalar, es que la gente de Warner Bros. Montreal realizó un trabajo más que bueno. A la altura de Rocksteady Studios en algunos de los apartados pero que, sin embargo, adolecía de ciertos errores en otros que, aunque no son demasiado graves, de haberse corregido o haber puesto más énfasis en su desarrollo, el resultado final habría sido excelente.
Batman Arkham Origins al final ha resultó ser un buen juego, sí. Pese a sus carencias. A nivel técnico y jugable no defraudó a los seguidores del personaje ni a los fans de los juegos anteriores. Entonces, ¿Cuáles son los aspectos negativos anteriormente mencionados que quizá hicieron bajar la calidad final de este título? Para empezar, la historia. A pesar de estar mayormente centrada en los orígenes del caballero oscuro y relatar el primer encuentro del héroe con el que a la postre será su archienemigo (el lunático criminal conocido como El Joker) esta flojeaba en ciertos momentos en lo que al argumento se refiere ya que, para más inri, en algunas ocasiones dejaba demasiados flecos sueltos para mi gusto.

La trama de este «Batman Arkham Origins» transcurría en nochebuena. Una gélida navidad para el alter ego del multimillonario Bruce Wayne que se enfrentaba a la amenaza de Máscara Negra y sus secuaces. Este villano había urdido un plan para acabar con el «Hombre-Murciélago» que no podía fallar: pagar 50 millones al primero que acabase con la vida del molesto justiciero nocturno. La noche más feliz del año se transformaba así en una implacable cacería en la que irían desfilando casi todo el elenco de supervillanos habituales de los cómics de Batman.
La cuestión es que la noche se complicaba por culpa de un nuevo personaje que aparecía en escena para enfrentarse a Batman. Pero el caballero oscuro no estaba solo en su lucha contra tanto malvado. Su fiel mayordomo, Alfred, y el comisario Gordon le echaría un cable en numerosas ocasiones (aunque éste último aún no se fiaba demasiado de las intenciones de nuestro héroe). Bárbara, la hija de Gordon, también le apoyaría en algunos momentos con sus conocimientos informáticos.
A pesar de que personajes como Copperhead o Electrocutioner estaban desaprovechados a más no poder, algunas peleas con determinados enemigos de Batman eran uno de los grandes alicientes del juego. Mención especial para la lucha entre el Detective Nocturno y Slade Wilson (A.K.A. Deathstroke). Sin duda, de lo mejorcito de esta aventura de acción. Los gadgets y el equipamiento del taciturno héroe, eran otro aspecto clave del título.
No quiero dejar de mencionar que Geoff Johns (uno de los grandes guionistas norteamericanos de la industria del cómic y especialmente de DC Comics) asesoró al equipo de desarrollo, lo cual fue todo un acierto. Y, si hablamos de aciertos, aparte de la excepcional banda sonora, hay que alabar la extraordinaria labor de doblaje al castellano de Claudio Serrano y compañía. Que me perdonen los puristas, hipsters y demás seres 2.0 pero en el que suscribe estas líneas cree firmemente que el doblaje al castellano es realmente necesario. Guste o no. Siempre es bueno que existan ambas opciones. Y con doblajes así más a menudo, la verdad es que es una delicia jugar a videojuegos. Señor Roger Craig Smith, desde aquí le digo que el Batman del gran @claudiosensasao no tiene nada que envidiar al suyo.
El modo online tampoco añadía demasiadas innovaciones pero estaba ahí, para el que quisiera disfrutarlo, en forma de luchas 3 VS 3 VS 2 entre dos bandos diferenciados. Los desafíos eran muy interesantes también y ofrecían la posibilidad de jugar con otros héroes y villanos y, a modo de anécdota, de que el detective nocturno renovase vestuario. Las referencias a varios cómics importantes del personaje como «El largo Halloween» y el estupendo sistema de combate del juego hicieron las delicias de los amantes de los beat’ em up y, por supuesto, del superhéroe de DC Comics. En definitiva, en aquel momento era un juego más que recomendable si te gustaron los dos anteriores.
Nuestros enemigos nos definen…
El genial título protagonizado por el hombre murciélago, ya sin la gente de Rocksteady Studios al frente (que sí estuvieron presentes en el siguiente capítulo de la saga y que llevaba el subtítulo de «Arkham Knight» (del cual hablaremos algún día) puede que no sorprendiese tanto como las dos entregas anteriores pero al menos mantenía el tipo y nos dejaba una gran aventura repleta de combates, sigilo, plataformas, puzles y desafíos de esas que te dejan pegado al mando durante un buen puñado de horas mientras disfrutas de un grata experiencia. Y eso, tratándose de un hobby como el de los videojuegos, con sus particularidades, era un aspecto muy importante a tener a cuenta. Y casi diría que una victoria.