Una entretenida obra independiente que nos trae humor, sexo y aventuras en una extraña y misteriosa isla en mitad de un océano infinito.
Gracias a la auto-edición, publicado a través de Verkami y con el apoyo del grupo de autores independientes conocido como Neuh, nos llega este divertido tomo publicado en blanco y negro titulado «Islamundo«; cuya primera entrega lleva el subtítulo de «libro I: Midalia«, en referencia a la diosa de ficción que aparece en sus páginas. Los artífices de todo son dos jóvenes autores que firman bajo el seudónimo de DAPZ+JOTADÉ. Tras estas siglas, encontramos al dibujante David Pérez Gutierrez (ilustrador nacido en Getafe) y al amigo Jesús Daniel Fernández en los textos. Gente joven con talento que tras publicar Islamundo como webcomic en 2011, decidió probar suerte en el crowdfunding en 2012 y pudo ver por fin editada esta obra que, por fortuna, ya se puede conseguir en formato físico en algunas librerías especializadas.
La historia (dividida en dos entregas) nos muestra un mundo llamado ‘Isla Midalia‘, en el que habitan unos humanos que se dedican a vivir pacíficamente según sus peculiares costumbres. Entre ellas, se encuentra la práctica del «Rito, rito» (esto tendréis que descubrirlos por vosotros mismos pero pensad mal y puede que acertéis ) y se pasan el día comiendo y bebiendo. Todo transcurre con más o menos normalidad en estos territorios hasta que entra en juego un extraño artefacto que no se sabe qué es y de dónde viene y ello desemboca en que la cazadora Siani (uno de los mejores personajes del tebeo) y a la cual se le acusa de cometer pecado de extinción y de prácticamente condenar a su pueblo.
David posee un estilo caricaturesco pero con mucha fuerza, recordando en muchas ocasiones a gente como Jordi Bayarri (el cual por cierto se encarga de hacer una de las portadas que aparecen al final del tomo como recompensa del crowdfunding) y con personalidad. Al ser un cómic en blanco y negro, se aprecia mejor el buen hacer en el entintado, aunque personalmente creo que esta obra hubiese ganado mucho con un color potente (no hay más que ver la portada) y un papel satinado. Aún así, el dibujante realiza un buen trabajo en este apartado cuyo proceso creativo se encargó de ir mostrando poco a poco él mismo a través de sus redes sociales.
Estamos ante una interesante propuesta, un tebeo auto-editado que mezcla aventuras de fantasía y ciencia-ficción con toques de humor que acaba siendo un divertimento en forma de amena lectura. Un cómic que no es para nada pretencioso, hecho con mucho mimo e ilusión (y mucho trabajo, por supuesto) en el que encontraremos aguerridas féminas como Siani y también chicas extrovertidas como Keiyi y su mascota. También veremos extrañas criaturas (como los Batu) y muchos momentos sexuales a lo largo de todo este primer libro, en ocasiones con escenas explícitas y otras sólo con simples alusiones.
El problema, es que por momentos la trama es algo confusa y ello quizá saque al lector de la historia. Tampoco existe un personaje carismático que sirva como hilo conductor a la misma y van dejándose demasiados frentes abiertos a medida que se avanza en la lectura. Aún así, esta se hace entretenida y hay que recordar que aún queda por ver el desenlace de este trabajo que termina con un cliffhanger que invita a pensar que en el segundo libro los autores desvelarán las incógnitas mostradas y desarrollarán mucho más a los personajes. Estaremos atentos para ver qué depara la vida a los habitantes de la extraña y misteriosa isla de Midalia.