Tras algún que otro retraso de última hora, finalmente, uno de los títulos más esperados de este año, está entre nosotros. Uncharted 4, el desenlace del ladrón, es sin lugar a dudas la gran exclusividad de PlayStation 4 en estos momentos y candidato indiscutible a llevarse el galardón de Game of The Year.

Naughty Dog, de nuevo al frente de una de sus franquicias más exitosas y emblemáticas, nos traen el regreso del carismático Nathan Drake, al cual sacan de su plácido retiro para demostrar a todo el mundo que uno de los aventureros y buscadores de tesoros más famosos del mundo de los videojuegos está más en forma que nunca.

Los juegos de esta saga siempre se han caracterizado por la espectacularidad, las escenas trepidantes de acción y por sus grandísimos personajes. Con las geniales aventuras que nos habían ofrecido las anteriores entregas (tres títulos en PS3 y uno en PS Vita, recordemos) y que tantos buenos momentos nos dejaron, era complicado superar esto. Sólo un estudio como Naughty Dog era capaz de lograr semejante hazaña. Doy fe de que con Uncharted 4 lo han conseguido.

Two Brothers

Parecía imposible que tanto «Tomb Rider» (2013) como «Rise of the Tomb Rider» (su continuación, lanzada en 2015) juegos que en cierta medida comparten tanto temática como mecánicas de juego (entre otras similitudes) pudiesen ser superados en todos sus apartados. Como digo, el peor enemigo de Nathan Drake no era su contrapartida femenina, sino él mismo. Y lo era, ya que se corría un poco el riesgo de que el jugador se cansase de la repetición de una misma estructura ya planteada o que la desarrolladora no fuese capaz de superar lo que ofrecían sus predecesores.

Tras un par de retrasos en la fecha de lanzamiento, en teoría para acabar de pulir algunos defectos menores y poner a la venta el juego en condiciones óptimas, Uncharted 4 veía la luz y las primeras reviews en medios especializados ya hablaban de que estabámos ante el mejor juego de la saga Uncharted.

Su protagonista principal, Nathan Drake (cuya voz dobla al castellano una vez más el gran Roberto Encinas) podría haberse quedado en una suerte de Indiana Jones de los videojuegos o ser simplemente una versión masculina de la legendaria señorita Croft pero, gracias al buen hacer de sus creadores no ha sido así y con el tiempo se ganó a pulso un lugar especial en el corazoncito de muchos gamers.

Comienza la aventura

Los chicos de Naughty Dog, supieron dotarle de un carisma tremendo desde el primer momento y, aunque en cierto modo ya lo era, con esta cuarta entrega el bueno de Drake se consolida definitivamente como uno de los grandes personajes del mundo del ocio electrónico, ya que se ha potenciado todo lo bueno que poseía el personaje y, en mi opinión, incluso lo han llevado un paso más allá al introducir en la trama a un personaje de vital importancia para la misma: Nada más y nada menos que Robert, su hermano mayor, al que Nate creía muerto, el cual reaparece tras 15 años de ausencia y necesita desesperadamente su ayuda. Esto que a simple vista parece un arranque simple y algo manido, es el desencadenante de la mayor aventura de todos los tiempos que podrás vivir jamás tras los mandos de una consola.

Y es que la mayoría de las veces se trata de poner oficio y corazón a una buena base ya establecida para que la cosa funcione. Porque lo que el juego que hoy nos ocupa en el blog es la culminación a una magnífica franquicia que se ha metido en el bolsillo a propios y extraños. Supuestamente, las andaduras de Drake acaban aquí (y el genial epílogo que nos muestran al acabar el juego es la prueba de ello) pero ya sabemos que, con grandes personajes como este, nunca se puede decir «nunca».

Pero no adelantemos acontecimientos ya que, como digo, Drake recibe la visita de su hermano (en teoría fallecido) y esto ocurre cuando nuestro héroe está en un periodo de su vida algo complicado. Tras haber vivido cientos de aventuras, encontrar ciudades perdidas y descubrir un montón de reliquias legendarias, Nate se ha casado con Elena Fisher, el amor de su vida. Ambos, han acordado dejar de lado las correrías, los peligros y las emociones de su anterior vida y ahora llevan una existencia tranquila (casi anodina, podría decirse) como la de cualquier mortal: lavadoras que poner, platos que fregar y un empleo de poca monta que implica todo el día encerrado en un cuartucho firmando albaranes.

«Sir Parvis Magna»

Tras una serie de flashbacks muy bien estructurados (y mejor ideados) en los que se nos narra qué ocurrió exactamente con Sam y por qué Nathan cree que su hermano lleva quince años fallecido (la escena de su «fallecimiento» está realmente bien ideada, ya que justifica el que Nate no haya buscado nunca a su hermano, puesto que quedaba claro (para él) que había muerto. Todo esto está ambientado cronológicamente antes del primer Uncharted, obviamente. Una vez en la actualidad, cuando Nathan está trabajando una noche en su despacho del puerto, Sam reaparece y le pide ayuda porque su vida está peligro. Nate no sale de su asombro y, tras el shock inicial, ambos se lanzarán a la caza y captura del tesoro perdido del famoso pirata Henry Avery y entregar una importante parte del mismo a Héctor Alcazar, un conocido jefe de un cartel de Panamá. Nuestros héroes tienen tres meses de plazo para encontrar el tesoro más importante de la historia. De lo contrario, los narcotraficantes matarán a Sam. Además de unos interesantes flashbacks (jugables también, por cierto) en los cuales veremos la dura infancia de ambos hermanos y cómo se forja el caracter y la personalidad de cada uno, tendremos que recorrer distintos escenarios como Italia, Escocia o Madagascar, en una aventura alucinante en la que por supuesto están todos los personajes icónicos de la franquicia.

Acción, humor, romance, mentiras, robos, saltos, explosiones, disparos, homenajes (cuando veais el cariñoso y fantástico homenaje de un clásico de PSone, vais a flipar en colores, no digo más), persecuciones, engaños, malos sin escrúpulos, emoción… La inmensa variedad de mecánicas de juegos y situaciones cinematográficas que ofrece Uncharted 4 es abrumadora. Casi podría decirse que es un compendio de toda la trilogía, mejorando el apartado técnico (que ya de por sí era bestial) y, sobre todo, presentando el mejor guion de toda la saga. Ya quisieran algunos anodinos blocksbusters actuales poseer el guion de este videojuego, dirigido por los señores Bruce Straley & Neil Druckmann (que ya nos dejaron anonadados con su trabajo en el también imprescindible The Last of Us). La música, a cargo del compositor Henry Jackman, resulta, a todas luces, inmejorable. A nivel gráfico, estamos ante un portento, como podéis apreciar en las capturas que ilustran este artículo. Y tanto en las animaciones como en el modelado de personajes, el resultado final es sorpredente. Por último, cabe destacar que el ritmo del juego es formidable, y se mantiene a un nivel muy alto en todo momento. Ah, y no quiero que se me pase un detallito: Tras tantas horas de juego para conseguir pasármelo, indicar que me encontré con un sólo bug. Uno sólo en todo el juego. Creo que eso es un indicador de lo bueno que es este juego a todos los niveles. Mención aparte merece el emotivo epílogo que nos muestra el juego una vez acabada la historia y del cual, sinceramente, no os contaré nada puesto que es algo debéis experimentar vosotros mismos al finalizar el juego. En definitiva, un juegazo que no puede faltar en tu colección.