Siendo sincero, comenzar a escribir el análisis de este título desarrollado por los alemanes Yager y no ponerme a gritar a los cuatros vientos que es una de las mejores experiencias «videojueguiles» que han caído en mis manos en lo que llevamos de año se me hace harto complicado. ¿Por qué? Pues porque después de acabarlo y comprobar que siguen llegando a nuestras manos videojuegos que, a nivel narrativo, se comen con patatas a muchas de las películas que se proyectan actualmente en los cines, no puedo sino esbozar una sonrisa mientras pienso: «Esto es la hostia».
Pero, como algunos de vosotros (que os habéis tomado la molestia de leerme) seguro que ya estáis comenzado a elucubrar sobre el juego, para analizarlo intentaré ceñirme al esquema que había esbozado en mi mente. El cual, dicho sea de paso, tras varias cervezas y un disco de Black Sabbath ha desaparecido casi por completo. Spec Ops: The Line es un Third Person Shooter que llega de la mano de 2K Games y que ha sido desarrollado por la compañía alemana Yager Development, a la cual hay aplaudirle la grandísima labor que ha hecho en todo los aspectos de este juego de acción de los cuales destaca sobremanera una cuidadísima historia que bebe claramente de la novela «El corazón de las tinieblas» de Joseph Conrad. O más concretamente, de su adaptación cinematográfica. Esa, en mi humilde opinión, obra maestra del séptimo arte llamada «Apocalypse Now» cuya esencia queda plasmada en el juego gracias al buen hacer de este pequeño estudio berlinés y a la cual han añadido una pizca de otras cintas como «Tres reyes» o «La Chaqueta Metálica».
En mayor o menor medida, la influencia del cine bélico está muy presente en este título. En ocasiones, en forma de guiños que el jugador que además sea cinéfilo será capaz de reconocer sin demasiado esfuerzo por su parte. Todo ello aderezado con una narrativa excepcional que es posiblemente el punto fuerte de este juego.
«Muerte y arena…»
La historia de este Spec Ops: The Line comienza cuando una terrible tormenta arrasa la imponente ciudad de Dubai. El ejercito de los Estados Unidos envía al batallón 33 de infantería para que se ocupe de evacuar a los supervivientes. Pero el intento de evacuación fracasa y miles de personas (incluidos también los soldados norteamericanos) desaparecen entre las ruinas de hierro y cristal. Tras captar una misteriosa señal de radio, un comando de la unidad Delta Force, liderado por el capitán Martin Walker, se adentra en un infierno de arena para intentar averiguar que ha pasado con el 33 y con los ciudadanos desaparecidos. Pero al llegar allí la cosa se complica… ¡Y de qué manera, amigos!
En todo momento, queda patente que el juego es un descenso a la locura, al infierno de la guerra. Un recorrido no solo por letales entornos en los que las balas silban a nuestro alrededor a cada segundo sino también por la mente de un soldado que por mucha preparación y experiencia que posea, no deja de ser un ser un humano con sus flaquezas y sus miserias. Como digo, chapó para Yager en este aspecto pues el resultado final es brillante, dejándonos con una historia adulta e intensa.
Acompañado por el Teniente Adams y el Sgt. Lugo tendremos que avanzar por la ciudad hasta averiguar que ha ocurrido exactamente con el hombre al mando del 33, el enigmático Coronel Konrad (obsérvese otro guiño a la obra literaria aquí). Ello se transformará en nuestra única obsesión, llevando en ocasiones a los delta a cuestionarse muchas cosas sobre sí mismos, como personas y sobre donde está la línea que no se debe cruzar jamás como soldado. Pero el juego no solo es fuerte en este aspecto, como veremos a continuación. Hablemos también del resto de apartados. En primer lugar, decir que el título posee unos gráficos bastante buenos. Los escenarios, dotados de una iluminación magnífica, están muy conseguidos y logran que el jugador se introduzca de lleno en esta guerra moderna que tiene lugar en la majestuosa ciudad de Dubai. Efectos como la apariencia y el movimiento de la arena son realmente fantásticos y el motor gráfico Unreal Engine 3 que una vez más consigue su propósito y, francamente, el título luce a un gran nivel en este sentido.

El sonido es otro punto fuerte del juego. Un doblaje al castellano increíblemente bueno (sobresaliente en la mayoría de los personajes) que es la prueba de que las cosas se pueden hacer bien si se pone empeño en ello y unos formidables efectos sonoros (destacando las armas y los vehículos) son las mejores bazas de este apartado. Por si fuera poco, si en mitad de un tiroteo suenan himnos del Rock como el grandioso «Hush» de Joe South (temazo que seguro muchos de vosotros conoceréis por el cover de los inmortales Deep Purple) entre otros, podemos afirmar sin rubor alguno que estamos ante uno de los mejores aspectos del juego.
En cuanto a la jugabilidad, los chicos de Yager han optado por ir a lo seguro y ofrecer un producto lo más completo y sencillo posible. Tomando como base la mecánica de juego de shooters en tercera persona con coberturas (similar a la de Gears of War, que es el título al que más recuerda en este sentido) haciéndola lo más asequible posible para el jugador y dotándolo de un modo multijugador competente, apuestan claramente a caballo ganador sin complicarse la vida en exceso. Cierto es que no innovan demasiado (prácticamente nada, de hecho) pero lo que hay está bien hecho. Y creo firmemente que es lo que pretendían, ya que de ese modo se potencia la trama. La distribución de los botones en el mando es muy acertada y facilita al jugador la labor a la hora de golpear, disparar las diferentes armas de las que dispone y de realizar diferentes movimientos como correr o moverse hacia las coberturas. Lo que sí me parece muy interesante es la opción de poder dar órdenes a nuestros dos acompañantes a modo de instrucción en combate y que, si jugamos bien nuestras cartas, puede salvarnos el pellejo en más de una ocasión.
Por lo demás, nada nuevo bajo el sol. Pero eso sí, bien aderezado con muchas ametralladoras, tiro-líneas, helicópteros, rifles de francotirador, diferentes tipos de granadas y morteros y, sobre todo, la agobiante sensación permanente de que todo el mundo (sea del país que sea) quiere acabar con nosotros, ya sea colgándonos de un puente por las gónadas o volándonos la cabeza en mil pedazos.
CONCLUSIONES
Un juegazo de principio a fin. Cuando en el menú del juego suena «The Star-Spangled Banner» con el dios Jimi Hendrix machacando su Fender Stratocaster en aquel mítico Woodstock del 1969, sabes que algo grande te espera. Quizá no aporte nada novedoso a lo que ya conocemos en el plano jugable, pero como TPS cumple de sobra y aprueba con buena nota. Igual hay propuestas que satisfagan mejor las ansias de los jugones que son consumidores habituales de shooters pero ninguno posee el «extra» que puede aportar este título. Sobre todo, gustará mucho a cierto tipo de público más interesado en un producto que ofrezca algo más que la mera diversión de disparar a los malos de turno. Si te identificas más con este último target, disfrutarás seguro de todo lo que Spec Ops: The Line puede ofrecerte. Si estás dispuesto a dar un paso más y alejarte de aquellas propuestas más tradicionales, este será sin duda uno de tus juegos favoritos del año. Y si no, siempre puedes jugar a Gears of War (o a CoD si lo que te va es la guerra en primera persona) pero yo te aconsejo que no pierdas la oportunidad de adentrarte en las dunas de Dubai con Adams y Lugo y enfrentar a Walker a sus demonios.
Que pintaca tiene el juego…lo añado a la lista de futuribles y deseos de amazon 🙂
Me gustaMe gusta
Pues sí, Alfonso. Uno de los juegos que más me ha gustado en lo que va de año. Me da pena que haya gente que no sepa reconocer lo bueno que tiene. ¡Gracias por comentar! 🙂
Me gustaMe gusta