Los hombres de Hernán Cortés buscaron un tesoro escondido que podría darles la gloria... O conducirles a la perdición. Jean Dufaux y Philippe Xavier nos dejan una epopeya llena de aventuras y ambición en 'Conquistador', el cómic del cual nos habla en esta ocasión Raúl Cordero desde La Firma Invitada.

México. Año 1520. Hernán Cortés está conquistando este país y se encuentra en Tenochtitlan, bajo la “protección” de Moctezuma, el emperador azteca, que todavía a esas alturas cree que los españoles son enviados de los dioses. El conquistador se está preparando para enfrentarse a la expedición de castigo que el gobernador español de aquellas tierras, Diego de Velázquez, ha mandado contra él por contradecir sus órdenes. Al mando de dicha expedición se encuentra Pánfilo de Narváez. Hernán Cortés conoce el gran tesoro que Moctezuma guarda en su palacio, y antes de partir al encuentro de Narváez, deja un grupo de hombres a cargo de que, cuando él salga de la ciudad, ellos roben parte de ese tesoro.

Comandados por Catalina –una mujer soldado-, Hernando Royo, nuestro protagonista y en quien se centra la historia (un soldado valiente, sin miedo, con fantasmas personales pasados que le atormentan), Saltamontes (un joven soldado aficionado a innovar con recetas de cocina nada…ejem…saludables), Burro (un soldado con mucho músculo y poco cerebro) y el padre Cristóbal (un cura muy poco ortodoxo), este grupo de personas serán los encargados de robar para Cortés. Todo parece fácil, a priori, hasta que en pleno robo les descubre Oczu, el encargado de los sacrificios humanos aztecas y sus hombres. A partir de ese momento se inicia una persecución a través de la selva de los soldados de Moctezuma tras este variopinto grupo. Además, al robar el tesoro sagrado azteca, los españoles se han llevado un misterioso amuleto y al hacerlo han despertado un ancestral espíritu-demonio que también les persigue. Esta es la trama principal de Conquistador, la cual se complementa con la mini guerra civil española entre Hernán Cortés y Pánfilo de Narváez, y las tramas palaciegas de Moctezuma y Oczu, con este último convenciéndole de que los españoles no son dioses, ni enviados de estos, y de que masacre a Cortés y sus hombres cuando este regrese. Esta sinopsis es lo bastante atractiva como para adentrarse en este integral que contiene los cuatro tomos originales.

La mezcla de una trama sobrenatural e inventada, con hechos históricos que ocurrieron de verdad, funciona hasta cierto punto, ya que si bien, la parte real, dentro de las libertades que todo autor se toma a la hora de adaptar la historia, es la que es y nos deja satisfechos, la parte sobrenatural, si bien no decepciona, sí que deja con ganas de un poco más. Quizá un tomo más para desarrollar los acontecimientos no hubiera sobrado. Aun así, estamos ante una historia entretenida. Un tomo, este integral, que se devora.

Respecto al dibujo, pues ninguna pega. Philippe Xavier se luce página tras página. Bajo sus lápices, la selva mexicana luce de manera espectacular. El dibujo es una delicia. Al guionista, Jean Dufaux, sin haber leído nada de él; ya le tenía fichado de haber visto su nombre en varias obras (entre ellas “Rapaces”, con Enrico Marini). A Xavier no le tenía localizado y ha sido con esta obra cuando le he descubierto.

En definitiva, no voy a negar que me esperaba un poquito más de «Conquistador», pero tampoco puedo negar que no me haya entretenido y no haya disfrutado de su lectura. Quizá porque ese período histórico de la historia española, cuando se empieza a mezclar con la del continente americano y el mestizaje entre las dos culturas está en sus comienzos, me gusta bastante. Como primera toma de contacto con estos dos autores, me ha convencido, y sin duda les daré una oportunidad en otras cositas que hayan hecho.

Artículo escrito por Raúl Cordero