Llevamos mucho tiempo diciendo que, pese a la gran cantidad de cómics que se publican en nuestro país hoy día, muchas obras interesantes por desgracia no acaban llegando o lo hacen muy tarde, cuando ya han pasado dos o tres años desde que se publicaron en Estados Unidos u otros países. Hoy nos encontramos con otro de esos casos. Se trata de Brother Nash, una miniserie de tres números de misterios sobrenaturales con tintes de humor y aventuras que vio la luz en 2018 de la mano de Titan Books. La artífice de la misma, es la guionista y dibujante Bridgit Connell (una desconocida aún en nuestro país, por desgracia) que sorprendió a propios y a extraños con este, su primer trabajo.

Una vez más, nos encontramos ante uno de esas lecturas en papel que vienen del mundo digital. En efecto, «Brother Nash» fue publicado originalmente como webcomic y es una road movie en forma de serie limitada que mezcla con acierto algunos elementos clásicos del cine de terror con leyendas clásicas del folclore norteamericano. Nuestro protagonista, Nashoba, un joven nativo que conduce un camión por el sur de Estados Unidos, esconde un terrible secreto. En las noches de luna llena, se transforma en un hombre lobo y va dejando rastros de sangre y cadáveres que la autoridad local no sabe explicar. Por eso, en esa zona existe la leyenda de «La bestia de la Autopista», de sobra conocida por todos los que transitan esas áridas carreteras.

Una noche, Nashoba recoge a un autoestopista llamado Hernando que vaga perdido por la carretera y lo invita a subir al camión. Pronto, este será testigo de cómo la noche alberga horrores sobrenaturales y fantasmagóricos. Tras presenciar espíritus errantes de colonos que intentan llevar las caravanas a su destino, presencias imposibles y hasta un conejo gigante de aspecto ominoso, el aterrorizado autoestopista decide que va a intentar tomar el camión por la fuerza y a punta de pistola. Y ahí es cuando hace entrada, una noche más, la bestia.

Una cosa que llama poderosamente la atención de este cómic, es lo bien desarrollados que están los personajes. Aparte de Nashoba, tenemos algunos como los miembros de la autoridad local, la banda de los Corneja, Billie (la joven y aguerrida india que cuida de los caballos en su finca) o Ray, el colega de Nash y su particular mascota (Ray conoce el secreto de Nash, por cierto) y alguna que otra misteriosa entidad que descubriréis por vosotros mismos si os animáis a haceros con este cómic en el que además de todo lo citado cobran protagonismo las letras de artistas como Johnny Cash y otros como The Ozark Mountain Daredevils.

En cuanto al apartado artístico, se nota que el cómic está trabajado y el trazo es cercano al cartoon pero detallista a la vez. Connell no sólo cumple visualmente sino que además la narración es fluida y la lectura se hace muy amena y adictiva (sobre todo si te gustan este tipo de temáticas). Los artistas Sanford Green y Luis Guerrero termina de redondear el producto con su buen hacer en las portadas.

«La América sureña y lo sobrenatural se dan la mano en la opera prima de Bridgit Connell.»

En definitiva, una serie limitada de tres números que hará las delicias de los amantes de lo sobrenatural. La propia autora ha revelado en varias ocasiones que le llevó casi cinco años terminar la obra; ya que la idea original era más cercana a obras tipo «Mad Max» que a otra cosa. Afortunadamente, Connell comenzó a incluir influencias de temas que le interesaban como la astronomía, las leyendas nativas americanas, el terror, etcétera… y el resultado final es mucho más interesante. Como suele suceder, en algunos medios se ha descrito a «Brother Nash» como una mezcla de obras como Predicador y Hellboy (y alguna que otra más) y es cierto que si metiésemos en una coctelera dichas obras quizá nos saliese algo parecido. Pero Brother Nash, que ya está disponible en TPB, tiene el suficiente empaque y personalidad para funcionar por sí misma. Prueba a adentrarte en zonas como Tucson con el hermano Nash y su camión y lo comprobarás por ti mismo. Eso sí, cuidado con el Boogeyman y otros horrores. La carretera, es peligrosa.