Uno de los cómics más interesantes, gamberros y desquiciados que uno pueda leer es, sin duda, The Authority. La obra, nacida de las cenizas de una mediocre Stormwatch noventera gracias al genio de Warren Ellis y los dibujos de Bryan Hitch (actualmente en Hawkman), contó con varias y brillantes etapas en las que participaron autores de renombre como Mark Millar o Frank Quitely y nos dejó además personajes maravillosos. Con la compra del sello Wildstorm por parte de DC Comics, el universo formado por estas creaciones pasó a formar parte de la continuidad de la compañía y por ello, dentro del relanzamiento conocido como «Renacimiento» (Rebirth, en el original) nos encontramos con esta serie limitada de seis números protagonizada por dos de los más carismáticos miembros de este supergrupo: Midnighter y Apolo. Ambos, protagonizan la obra que vamos a analizar hoy en la web; publicada en tomo rústica en nuestro país por ECC.
Queda bastante claro que tanto uno como otro, pese a comenzar como trasuntos sui generis de dos iconos «deceítas», rápidamente adquirieron personalidad y carisma; hasta el punto de convertirse en los más reconocibles y queridos del grupo por los lectores. En este volumen en rústica denominado simplemente «Renacimiento», vamos a encontras las seis grapas de la mencionada serie publicada en USA en 2016, que cuenta con el guion de Steve Orlando (Supergirl, JLA, Midnighter) y los dibujos del español Fernando Blanco (Batman & Robin Eternal) que si bien son realmente buenos ya por sí mismos, se ven apoyados además de manera excepcional por el trabajo como colorista de Romulo Fajardo Jr., dejando a un gran nivel el cómic en este apartado (sobre todo en lo que a narrativa gráfica se refiere).
Orlando, que conoce bien a ambos personajes, propone aquí una aventura sin demasiadas complicaciones cuyo trasfondo es la relación tan especial que tienen estos dos personajes. Apolo y Midnighter, para quien no lo sepa, son dos personajes que además de compañeros y salvadores del mundo son amantes. Aquí, dentro del marco de una aventura llena de peligros, se nos cuenta dicha relación y la unión existente entre ambos. La trama realmente es bastante sencilla y no deja de ser la típica aventura de rescate de un héroe capturado. Salvo que aquí el capturado es el poderoso Apolo (más concretamente su alma), el captor es el mismísimo avatar del Infierno y el rescatador es ni más ni menos que el letal Midnighter. También tendremos de por medio las maquinaciones de uno de los enemigos por antonomasia de este binomio: Henry Bendix, el cual siempre que hace acto de presencia es para complicar la vida de la pareja.
Desde el primer momento, se nos pone en situación mostrándonos a los peones de lo que viene a ser una especie de juego infernal. La presentación de los personajes es especatacular, con una serie de páginas en las que se nos muestra una situación de rehenes en un tren que nuestros héroes deben resolver (narrada de manera espectacular por Fernando Blanco) y en la cual se nos muestra la personalidad de estos dos personajes y lo diferentes que son realmente el uno del otro. También se nos mostrará como a pesar de ser muy diferentes se complementan y hay realmente una fuerte unión (y pasión) entre ambos. Todo esto no pillará de nuevas a los que hayan seguido la trayectoria de estos metahumanos en las series ya mencionadas pero aquí, de manera fluida y muy acertada, se pone en situación a los nuevos lectores cuyo primer acercamiento sea este cómic.
Como digo, la vida de Apolo y Midnighter se complica cuando el primero muere y su alma es arrastrada al infierno por una entidad maléfica conocida como Neron. Midnighter, evidentemente, hará lo imposible por rescatarlo embarcándose en una partida de ajedrez infernal en la que participará como sólo él sabe hacerlo: viajando al mismísimo infierno para repartir estopa a diestro y siniestro hasta liberar a su amado. Se sumergirá así en una lucha por el alma de Apolo (a menudo mencionada también como «su luz») no sin antes buscar ayuda para tan ardua tarea (para esta difícil empresa necesitará algo más que sus impresionantes habilidades). Otro matiz importante en cuanto al guion es que Steve Orlando además nos deja buenos diálogos y conversaciones interesantes entre los participantes en esta aventura sobre la cual no vamos a desvelar nada más pues tendréis que descubrir qué consecuencias tendrá para este par de amantes.
Tendremos por supuesto violencia, criaturas del averno, armas sobrenatuarles, acción a raudales y momentos made in Midnighter que harán las delicias de los fans del personaje e incluso divertidas parodias de personajes de la competencia (nuff said!). Fernando Blanco está realmente acertado en el apartado gráfico, gracias a su trazo moderno y actual pero sobretodo yo destacaría la manera tan cinematográfica de narrar con las viñetas los momentos de combates. La historia está muy bien condensada en seis números por el guionista (amén de llevar a a este duo noventero a lo que se hace en la actualidad de manera harto acertada) dejando de ese modo al lector más que satisfecho con su adquisición. En definitivas cuentas, una estupenda historia de superhéroes con fundamento que resulta muy entretenida. Otra formidable lectura del «renacimiento» de DC Comics que no podemos dejar de recomendar.