Los señores Cullen Bunn y Juan Doe nos traen un interesante thriller de terror ambientando en el mar y publicado por Aftershock Comics.
La editorial norteamericana independiente Aftershock Comics sigue dando alegrías a los aficionados. Y, al igual que muchas otras obras genial de la compañía norteamericana que ya hemos avanzado en estas mismas páginas, lo hace apostando fuerte por el género de terror y lo sobrenatural. Una vez más, tenemos a Cullen Bunn (Patrulla-X Azul, Brother’s Dracul, Unholy Grail, Harrow County) a los mandos de la nave (nunca mejor dicho en esta ocasión) en una serie regular de horror que parte de una premisa sumamente interesante: ¿Qué pasaría si, además de la legendaria Arca de Noé, hubiese existido un segundo navío cargado de monstruos terroríficos y abominables criaturas? Pues esta travesía marítima es el leit motiv de «Dark Ark«, la nueva obra en la que el guionista une fuerzas con el dibujante Juan Doe (American Monster, Lobeznos, Masacre) para embarcar al lector en un oscuro viaje dentro de un barco lleno de seres sanguinarios y despiadados donde el mal es la única ley.
Una propuesta, como digo, bastante original en la que el señor Bunn demuestra sentirse mucho más cómodo en este terreno que en el género superheroico (donde generalmente parece cumplir sin más mientras que en el terror nos regala cómics que hacen las delicias de los seguidores de este tipo de temáticas) en esta historia en la que, paralelamente al conocido momento bíblico de Noé, los poderes malignos encargan al hechicero oscuro Shrae (un humano) la construcción de otra arca similar, en este caso, para intentar salvar de la extinción total a las bestias antinaturales que pueblan la Tierra. De este modo, comienza una odisea que representa una cruenta lucha de poder entre criaturas antinaturales como los naga, ghouls, vampiros, licántropos y dragones, entre otros, que además contienes dosis de intriga y violencia a partes iguales.
Además, estamos ante una historia bastante entretenida, puesto que, como podéis imaginar, encerrar a tantos seres malvados en un mismo lugar sólo puede traer problemas. Shrae viaja en el arca con su familia y todas estas bestias que el Creador ha querido eliminar de la faz del planeta, llevando además a otros seres humanos en la bodega que en todo momento están en la mente de los monstruos como posible sustento. Veremos como a menudo los hijos del hechicero se preguntan constantemente si lo que hacen es lo correcto o no, al tiempo que casi podría decirse que adivinan que se masca la tragedia.
En el apartado gráfico nos encontramos a un Juan Doe que, pese a que trabaja bien la narrativa, quizá posea un trazo algo simplista que puede no ser del gusto de algunos lectores. Cierto es que su estilo viene como anillo al dedo a un trabajo de estas características, en el que aparecen tantas (y diferentes) criaturas antinaturales. Además de los evidentes momentos oscuros que todos esperamos, el equipo creativo también sabe dejar espacio para los (ínfimos) momentos de humor en un tebeo angustioso que tiene todos los elementos propios de este tipo de thrillers que acontecen en espacio cerrados y que suelen funcionar bastante bien siempre.
Inevitablemente, todo desemboca en disturbios entre las razas de monstruos que viajan en esta arca. Veremos también intentos de comerse a los humanos por parte de las criaturas y cómo estas comienzan a cuestionarse muchas cosas (los pobres unicornios se preguntan a menudo cómo narices han acabado ahí). Todo se complicará aún más cuando se produzca un asesinato a bordo. Alguien ha matado a la poderosa naga Maldroom y el nerviosismo empieza a extenderse por el barco. Para colmo de males, tenemos a seres como Kruul (un imponente macho mantícora que además viaja con su pareja embarazada) o Nex, el vampiro, cuya fuerte personalidad y ansias de poder van a traer problemas también.
En definitiva, una estupenda serie regular llena de detalles muy chulos (y misterios que, por supuesto, iréis descubriendo a medida que avanza la trama), bien dibujada y con un Cullen Bunn que, una vez más, demuestra que se mueve como pez en el agua en el género. Un TPB en el que se recopilan los cinco primeros números de esta serie abierta, que vuelve a poner de manifiesto que, para desgracia de nuestros cada vez más maltrechos bolsillos, Aftershock sigue molando.