Sin lugar a dudas, tanto Brian K. Vaughn como Cliff Chiang son dos de los más importantes autores norteamericanos de los últimos tiempos. Tanto Saga (con guion de Brian K. Vaughn y arte de Fiona Staples) como la etapa de Wonder Woman guionizada por otro Brian, el insigne Azzarello, y dibujada por Chiang con una maestría absoluta son dos obras que cualquier amante de los cómics debe leer sí o sí indudablemente.

Hay obras que están por encima de sellos y géneros (poned en vuestra cabezas cualquiera que se os ocurra, por no citar de nuevo las que todo el mundo cita de memoria cuando es preguntado por esto mismo). Pero, ¿qué pasa cuando dos pesos pesados de la industria norteamericana como los mencionados deciden unir fuerzas y crear algo desenfadado, con toques de misterio y ciencia-ficción y cuya trama está sita en un entorno costumbrista y, a priori, anodino? Pues que irremediablemente la cosa tiene que funcionar. Y fijaos sí funciona bien el invento que, con sólo un número de Paper Girls, el cómic del que os hablo hoy que ha sido recientemente editado en formato grapa por Planeta Cómic en nuestro país, nos tiene ya a muchos enamorados perdidamente de unas chicas que van en bicicleta repartiendo periódicos.

Las chicas que repartían periódicos

La historia comienza con Erin, una chica de 12 años teniendo un sueño muy extraño, casi lisérgico, en el que su hermanita Missy no sale bien parada que digamos. Aquí ya vemos que se mezclan conceptos religiosos como el cielo o el infierno con la ciencia-ficción. Todo comienza el día despué de Halloween. Erin, que se levanta antes del alba para repartir periódicos en su localidad natal, tiene un desagradable enfrentamiento con Lucas y sus amigos (los tipicos adolescentes que van de sobrado, liándola por ahí porque han consumido demasiada azúcar esa noche) y gracias a tres repartidoras, lideradads por Mac (una chica de 16 años que fuma Camel y tiene el pelo rosa) se libra de ellos.

Mac, es una «bad ass girl», toda una leyenda entre las repartidoras y Erin está muy feliz de pedalear con ellas y aprender una cuantas cosas. Se producirá entonces un giro inesperado de los acontecimientos cuando las chicas se encuentren con tres ominosas e inquietantes figuras que, deliberadamente, conducen a las chicas a un sotano de una casa abandonada donde éstas hallan un misterioso artefacto que, una vez activado, cambiará sus vidas para siempre. Aparte de descubrir la verdadera apariencia de estos tipos y sus características, hay que dar una mención especial para el final de este primer número, en el cual se nos obsequia con una splash-page que deja al lector estupefacto y que es un cliffhanger de agárrate y no te menées.

Misterious guys

¿Qué podemos decir del fenomenal Brian K. Vaughn a estas alturas? Pues que la trama que ha construido aquí es muy especial, ambientada a finales de los ochenta (las referencias están ahí para el que sepa buscarlas, sobre todo las que tienen que ver con el cine) y que ha construido una historia que mezcla varios géneros y que promete darnos muchas alegrías (los que sigáis la serie a ritmo USA sabréis de lo que hablo). El dibujo de Chiang es, una vez más, excelente y ahí hay que señalar que el artista está especialmente brillante con la narrativa. Se le nota cómodo, inspirado y feliz de dibujar esta serie. En pocas palabras, está exultante. Cada página es un placer para la vista, con viñetas llenas de detalles y motivos que hacen que quieras leer el cómic una y otra vez sólo para ver los dibujos. Una gozada. ¡Ah, si podéis ver las portadas coincideréis conmigo en que también son una pasada!

Otro aspecto importante, y que no debe pasar desapercido por su extraordinaria calidad, es el color. Matt Wilson realiza una magnífica labor, usando una paleta de colores vivos como el azul, el amarillo o el rosa, que otorgan al cómic una gran personalidad. Lo mejor de esta nueva serie regular del también creador de ‘Leones de Bagdad’ (Pride of Baghdad en el original, otra obra a tener en cuenta) y el brillante dibujante norteamericano Cliff Chiang, es el toque tan personal y, por qué no decirlo, «magico» que se respira desde el principio. Esperemos que la periocidad de publicación (en un formato como la grapa, a más de uno puede hacerse duro el tener que esperar mes a mes para saber cómo continúa una historia), los posibles y temidos retrasos editoriales y los rumoreados desacuerdos entre compañías, no afecten a esta maravillosa serie ni lastre la experiencia como lector a todo aquel que se anime a acercarse a ella. Si buscas una colección fresca, original, interesante, diferente y de calidad, no lo dudes: Hazte con Paper Girls. Un cómic muy especial que es, sin lugar a dudas, una compra obligada.

The Girls is back in town