Corría el año 2002 cuando dos de los grandes talentos del cómic como lo son Ed Brubaker (Velvet, Gotham Central), y Colin Wilson (Blueberry) unieron fuerzas para dar vida a «Point Blank«, una historia llena de intriga, super-espías y tipos con habilidades increíbles que vería la luz en forma de serie limitada de cinco números dentro del sello Wildstorm propiedad de DC Comics, formando parte de la línea «Eye of The Storm».
Tras la trama de esta miniserie que, a priori puede parecer simple en su planteamiento, hay escondido mucho más de lo parece. Y es que estando ese mago del thriller de espionaje llamado Brubaker de por medio, las cosas no podían ser de otra manera. Ahora, gracias a ECC Ediciones y su línea Vertigo, nos llega en forma de tomo en rústica de 128 páginas.
Point Blank (que vio la luz en nuestro país el pasado mes de enero) está protagonizada por un viejo conocido de la factoría Image Comics (la de antes, no la de ahora) el ex-integrante del Team 7 y miembro original de los Wild C.A.T.S. conocido como Cole Cash (A.K.A. Grifter) el cual casi sin proponérselo se ve envuelto en una serie de acontecimientos relacionados con gente de su pasado. Gente muy variopinta pero sobre todo muy peligrosa. La miniserie arranca cuando John Lynch, otro ex-Team 7 y mentor del grupo conocido como Gen 13, solicita su ayuda para una serie de misiones.
De repente, Cash se ve envuelto en asuntos turbios en los que, como no, O.I. está involucrada. Lynch es víctima de un intento de asesinato y, para colmo, Marc Slayton (otro ex-Team 7) entra en escena con intención de ayudar (aunque Cash no se fía ya de nadie). A nuestro querido Grifter no le queda más remedio que investigar por su cuenta qué está pasando realmente con algunos de sus viejos conocidos.
Veremos como hacen acto de presencia algunos miembros de The Authority en esta intriga detectivesca que Brubaker va enrevesando poco a poco sin que te des cuenta (es una obra no apta para neófitos del universo Wildstorm porque el guionista se apoya en ello para contar detalles de la trama) para acabar llegando al inquietante malo de esta película: un tipo al que Grifter conoce muy bien y al que sin lugar a dudas hay que temer.
Aparte del guion de Ed Brubaker y los dibujos de Colin Wilson (el cual por cierto está a muy buen nivel de principio a fin) el mayor atractivo de esta obra es que estamos ante el preludio de lo que luego fue ‘Sleeper‘ (otra miniserie recomendadísima y que es creación de Brubaker y Sean Phillips) ya que continúa la senda de lo narrado en este tomo que nos ocupa. Es decir, lo recomendable antes de meterse con Sleeper es leer antes Point Blank (su precuela) pero, obviamente, se entiende perfectamente que haya gente que ya no pueda hacer eso por el orden de publicación.
Point Blank cuenta con el estupendo trabajo al color de Janet Galet y además las portadas alternativas de Simon Bisley (Lobo, Hellblazer) son una auténtica pasada. Puede que no estemos ante una obra maestra (ni falta que hace) pero sí que tenemos ante nosotros un tomo muy interesante, con grandes artistas implicados, que prácticamente cumple en todos los apartados y que nos regala una lectura adulta pero amena; llena de intrigas, sexo, violencia, disparos, espías con habilidades sorprendentes y en la que personajes como Zavant, Backlash y otros ganan muchísimo cuando pasan por tamiz del genial Brubaker.