Hoy voy a hablaros de un formidable cómic, con una trama muy interesante, nacida de la prodigiosa mente del escocés Mark Millar (para muchos, L‘enfant terrible del noveno arte) y dibujado por el (a menudo cuestionado) Leinil Francis Yu (al cual muchos conoceréis fundamentalmente por su etapa en Nuevos Vengadores e Invasión Secreta entre otros trabajos para Marvel) y del que ya departiremos ampliamente en nuestro podcast.
La historia comienza con un ladrón llamado Johnny Bolt el cual posee el «superpoder de la electricidad». Bolt es un fanfarrón que acaba de salir de la cárcel a la que entró por hurtar para poder darle una vida mejor a Kasey, la chica con la cual iba a casarse. Dicha boda, evidentemente no llegó a celebrarse nunca y la pobre chica (que tiene superpoderes también, ya que es un psíquica de cuidado) acabó trabajando de camarera en un garito de mala muerte. Una vez sale de la cárcel intenta reconciliarse con ella pero las cosas no van bien para el bueno de Johnny.
Cuando todo parece perdido, aparece Carmine (el viejo maestro y mentor de Johnny el cual les explica a ambos que si no consigue reunir 100 millones de dólares pronto para saldar sus deudas de juego, será asesinado por Salamander, un pez gordo del crimen organizado de Las Vegas. Para conseguir el dinero, Bolt reúne a un grupo de ladrones dotados de habilidades especiales (superpoderes) para planear la estafa del siglo a un super-criminal retirado y forradísimo. Será el último golpe de sus vidas… ¿Dónde ocurrirá todo? Nada más y nada menos que en Tenerife.
La gracia del cómic es que parte de la premisa de “aquí nunca vamos a conseguir el dinero ejerciendo de super-villanos, pues está todo plagados de superhéroes. Vayámonos a España, donde no hay ninguno. ¿O acaso habéis oído hablar alguna vez del Capitán España”? (Se nota que Millar nunca ha leído a Jan y además nos quiere hacer creer que no se acuerda del bueno de Carlos Fraile).
El cómic mola básicamente porque es una especie de “Ocean’s Eleven” pero con superhéroes (hablando mal y pronto) donde un grupo de personajes se unen para cometer un super-atraco (nunca mejor dicho) a un casino donde se maneja mucho dinero. Algo así como “Fast & Furious 5” pero sin bugas tuneados y con seres super-poderosos de por medio. Aparte de Bolt, aparecen otros personajes bastante interesantes:
• El Fantasma: El mejor ladrón del mundo, con poderes similares a los de Kitty Pride.
• Kasey: La chica de Johnny. Psíquica sexy y muy poderosa.
• Carmine: El viejo mentor de Johnny.
• TK Mc Cabe: El telequinético de turno.
• Forecast: Manipulador del clima de NY (algo así como Tormenta pero en versión masculina y más limitado).
• Roddy y Sam Diesel: Dos hermanos indestructibles (literalmente).
• El Gladiador: Héroe homosexual superpoderoso y con traje de color rosa al cual chantajean para que se una a la banda.
• Praetorian: Guardaespaldas del objetivo a estafar y robar. Superfuerte y superviolento. Un Clark Kent malvado y muy cabronazo).
• Christopher Matts, alias “El Bastardo”: El mayor super-villano y criminal del mundo. Su fama como asesino despiadado le precede, nunca dejó huellas y era excepcional en todas sus fechorías. Ya retirado e inmensamente rico.
El cómic nos brinda grandes líneas de diálogos a cargo de Mark Millar, un guionista excepcional (y en ocasiones considerado polémico) que, además de Kick-Ass, ha realizado obras formidables en la industria norteamericana (Superior, Nemesis, Ultimate Avengers, El Viejo Logan, El Servicio Secreto, 1985, Civil War o Wanted, entre otras).
El arte corre por cuenta de Leinil Yu, un dibujante de origen filipino que a mí personalmente me encanta pero que hay quien detesta por tener un trazo digamos “sucio” o por abusar de las «rayitas» al realizar las viñetas. A mí me parece un artista bastante solvente y la verdad es que en Super Crooks está increíble y nos demuestra viñeta a viñeta lo buen narrador que es. Aprobado con nota, en mi opinión.
Como curiosidad, destacar que nunca ha dejado de sonar el nombre del realizador español Nacho Vigalondo como director de la película si finalmente se llegase a hacer la consiguiente adaptación cinematográfica (en los créditos del cómic aparece como «co-conspirador», de hecho).
En resumidas cuentas, otra genialidad de Millar (que parece que todo lo que toca se convierte en oro) y un cómic de corte adulto muy recomendable que destaca en todos los aspectos y que además puede gustar a aquellos comiqueros que estén buscando algo diferente fuera de Marvel y DC.