Hubo una época en la que Capcom era sinónimo de garantía. En la que casi todos sus títulos eran cojonudos y la mayoría de ellos estaban destinados a convertirse en mitos con el paso del tiempo. Aunque en la actualidad no es ni la sombra de lo que antaño fue, es una compañía por la cual siempre he tenido especial debilidad y que nos ha dejado muchos de los grandes nombres del mundillo.

Obviamente, también vieron la luz grandes juegos de Capcom en la consola de 128 bits de Sony. Hoy quiero hablaros de un personaje muy especial, protagonista de un par de títulos de PlayStation 2 que vieron la luz de la mano de (la otrora) todopoderosa compañía nipona.

El personaje en cuestión, no es otro sino Máximo, el protagonista de «Maximo: Ghosts of Glory». Este título, es un divertido hack n’ slash en 3D con toques de plataformas para PS2 conectado con el mundo de Ghost N’ Gouls. Fue lanzado en 2002 y gracias a una jugabilidad adictiva, personajes con carisma como el propio Máximo, que combatía el mal con su espada y su armadura aunque en ocasiones la perdía y tenía que hacerlo en calzoncillos (¿os suena de algo, verdad?) a los increíbles diseños originales de Susumi Matsushita (con un marcado estilo influenciado por la animación japonesa) y a la música de un tal Tommy Tallarico, no tardó en hacer las delicias de muchos amantes del género.

Tras los primeros compases de juego, ya nos percatamos de las muchas referencias al universo Ghost N’ Goblins, entre las que se encontraban las famosas tumbas, los ataques especiales de ciertos enemigos y, sobre todo, su elevada dificultad. Este último detalle es importante recalcarlo ya que debido a que el título era extremadamente difícil en algunos momentos, un sector de la crítica se cebó bastante con él. A algunos fans tampoco acabó de gustarle que la curva de dificultad estuviese tan mal diseñada, de modo que Capcom tomó buena nota y se puso manos a la obra para mejorar la segunda parte en este aspecto.

La aventura comienza rápido, tras una curiosa intro (y un peculiar doblaje lleno de humor) cuando Máximo intenta rescatar a su amada Sophia de las garras del malvado Rey Brujo y sus huestes. Éste lo envía al inframundo para librarse de él pero la Muerte hace un trato con Máximo y lo devuelve al mundo de los vivos siempre y cuando le ayude a cerrar el portal que está dejando su reino sin almas. Así, nuestro héroe regresa a la acción y comienza la búsqueda. Como veis el planteamiento es clásico a más no poder. Máximo tira del recurso «old style» en lo que a jugabilidad se refiere. Gráficamente correcto, acción en 3D, plataformeo, música muy buena (aunque repetitiva) y un gran diseño de personajes es lo que te vas a encontrar en este juego.

Un momento… ¿Segunda parte? En efecto. En 2004 llegó la secuela, denominada Maximo VS Army of Zin y (como era de esperar) tuvo aún más éxito que la primera parte ya que corregía algunos de los errores de su predecesor. La historia de esta segunda parte se desarrolla varios años después del final del primero e incluye una legión de engendros mecánicos malditos que funcionan con almas, por lo que Máximo necesitará la ayuda de su amigo Grim Reaper de nuevo. Es decir, La Muerte sigue siendo aliado de nuestro héroe. Pero… ¿Qué habrá ocurrido con Sophia? Creo que sería un gran spoiler hablar demasiado de la trama de la segunda entrega así que os animo a darle caña al juego para descubrirlo.

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Army of Zin sigue arrastrando algunos defectos de la primera, aunque hay que señalar que se aprecian signos evidentes de «mejoría» en casi todos los apartados. En términos de jugabilidad, el juego va a lo seguro de nuevo: Monedas, espadas, tiendas para comprar mejoras como armaduras o utensilios como armas, calzoncillos mágicos… Los combos son sin duda lo mejor. Golpes muy ejecutados y curva de dificultad bastante acertada para la segunda entrega protagonizada por este héroe tan especial de PS2. Quizá ya no tengan cabida este tipo de personajes en la época actual ya que el videojugador de hoy por regla general prefiere otro tipo de juegos y, sobre todo, siente predilección por personajes de aspecto menos «infantiloide» pero hay que reconocer que a muchos de nosotros nos siguen encantando este tipo de personajes también.

Si sois fan del género y de la compañía responsable de leyendas como Final Fight, God Hand, Devil May Cry o Magic Sword (por citar sólo algunos) merece la pena que le deis una oportunidad a ambos juegos. Bien es cierto que no llega a la cotas de calidad de los mencionados pero es un juego muy divertido, con algunos detallitos que le imprimen cierta personalidad y que hacen que realmente merezca la pena. Si no conocisteis a Máximo en su momento, los dos títulos se pueden encontrar fácilmente recurriendo a la segunda mano o, si preferís, siempre está la posibilidad de acudir a PSN y descargarlos en vuestra PS3.