Llegamos a la recta final de esta epopeya de terror contemporáneo ideada por el talentoso guionista canadiense Jeff Lemire (sobran las presentaciones a estas alturas), el siempre espectacular a nivel gráfico Andrea Sorrentino y el infalible colorista Dave Stewart. Después de cuatro extraordinarios volúmenes nos aproximamos por fin al desenlace de esta serie de cómics y lo hacemos con mucha expectación y deseos de ver cómo termina la que posiblemente es una de las mejores obras de horror de los últimos tiempos. Un terror moderno, angustioso, que no escatima en excesos y que incluye tintes de tintes de thriller psicológico en elevadas dosis. Como ya dijimos en su día en el podcast, a nivel de guion guarda muchas similitudes con las series televisivas de terror o de historias basadas en misterios sobrenaturales.

En el anterior tomo contemplamos la destrucción del famoso Granero Negro y ahora nos sumergiremos en una travesía multiversal muy compleja a través de varios de los diferentes personajes que componen el particular elenco de este cómic. Para empezar, tenemos a Angela Xu perdida en un Gideon Falls futurista distópico claramente inspirado en obras como 1984, de George Orwell. La máquina de Norton Sinclair está generando consecuencias imprevistas y ahora la inquientante figura del «hombre sonriente» está buscando un huesped permanente. Ha llegado la hora de reunir a unos nuevos labradores y lo más importante: hay que encontrar a Norton y a Fred para después intentar detener toda esta locura. Hablando de Fred, este está perdido en un Gideon Falls post-apocalíptico de ambientación ciberpunk en el que están sucediendo una serie de fenómenos extraños y en el que nuestro párroco recibirá la inesperada ayuda de una ciudadana hastiada de su vida.

Por último, tenemos a Clarabelle perdida en una suerte de simulación del salvaje Oeste que no deja de ser otra versión más de Gideon Falls. En este inhóspito, despiadado y cruel Gideon Falls, Clara deberá hacer frente a la amenaza convirtiéndose casi en heroína. Alli descubrirá algunas verdades incómodas sobre su familia y se reencontrará con alguien muy especial. Mención especial para esa página en concreto que parece un homenaje velado a «Los Sietes Magníficos» a cargo de un Sorrentino que está verdaderamente espectacular en este penúltimo tomo, como en los anteriores. El italiano, al que ya hemos podido disfrutar en obras como «El Viejo Logan» o «Green Arrow» (en DC Comics, junto al propio Jeff Lemire) vuelve a desplegar aquí su increíble talento para componer páginas y logra epatar al lector prácticamente en cada viñeta. El trabajo al color de Dave Stewart es absolutamente esencial para que el resultado final en este apartado sea sobresaliente.

Lemire nos encamina poco a poco hacia el final de esta historia en un volumen trepidante y alocado en el que estos mundos perversos parecen estar conectados pese a ser diferentes. Una vez más, la terrorífica figura de El Hombre Que Ríe se nos presenta como la gran amenaza. Un ente horrible que sobrevuela en todo momento por encima de los protagonistas de esta locura multiversal, los cuales buscan una salida que inevitablemente les acerca al final de todo. Para bien o para mal, este es el último paso antes de saltar al abismo que dé fin a todo. Como no podía ser de otro modo, el cliffhunger es inevitable. Nos quedamos pues a la espera del sexto y último volumen. En resumen, una última parada muy especial antes de que acabe esta magnífica serie editada por Astiberri para su Colección Sillón Orejero que tantas alegrías está dando a los amantes del género. El final es inminente. Y no te lo quieres perder.