Si a principios del año 2000 alguien me hubiese dicho que en un futuro, en pleno siglo XXI, estaríamos inmersos en una pandemia global, usando mascarillas por la calle y viendo como algunas peligrosas ideologías volverían a estar en auge, probablemente me habría reído mucho y le habría respondido a dicha persona que a mí también me gusta el cine de Ciencia Ficción y las distopías literarias pero que dejase de ver tantas películas, porque quizá le estaban afectando. Del mismo modo, si tras disfrutar en 1999 de una maravillosa segunda entrega de los Liquid Tension Experiment, me hubiesen dicho que hasta 2021 no llegaría a ver la luz la tercera entrega, también me habría explotado la cabeza. Porque tengo que reconocer que, a estas alturas, ya había perdido la esperanza de ver publicado algún día el tercer disco de la maravillosa banda formada por Tony Levin (bajo, chapman stick), Mike Portnoy (batería y percusión), John Petrucci (guitarras) y Jordan Rudess (teclados).

Afortunadamente, y para mi alegría y la de muchos fanáticos alrededor del mundo, este pasado 16 de abril se ponía a la venta ‘Liquid Tension Tension 3‘, el nuevo álbum de estudio de estos cuatro prodigios. Para ponernos en situación, hay que recordar que efectivamente es un disco que ha tardado mucho en llegar porque entre otras no se habían dado las condiciones necesarias para ello. Para empezar, Dream Theater, banda que aportaba a LTE a tres de sus miembros en los comienzos de esta, entró en una dinámica de grabación de discos y giras bastante prolífica durante esa década (concretamente, de 2002 a 2009), dejándonos algunos discos sobresalientes como ‘Train of Though’, ‘Systematic Chaos’ o ‘Black Clouds & Silver Linings’. Luego, en 2010, Mike Portnoy abandona la que había sido su banda principal y se distancia bastante de sus ex compañeros para no dejar de participar en diferentes proyectos como Adrenaline Mob, Avenged Sevendfold, seguir dedicando tiempo a la Neal Morse Band y a Transatlantic y, para no extenderme más, crear más recientemente música increíble con grupos alucinantes como Flying Colors o Sons of Apollo. Mientras, sus ex compañeros ficharon al excelente baterista Mike Mangini (Steve Vai, Annihilator) y siguieron dejando algunos trabajos discográficos realmente notables. Pero el verdadero punto de inflexión lo encontramos en 2020 cuando John Petrucci decide grabar su segundo disco en solitario y para ello llama a Portnoy para que se encargue de las pistas de batería.

Es sabido que ambos músicos son amigos desde hace casi cuarenta años y a pesar de que el batería ya no estaba en Dream Theater nunca han dejado de verse ni de cuidar dicha amistad. Así, el año pasado se puso a la venta ‘Terminal Velocity’, el esperado segundo álbum de Petrucci con Portnoy y Dave LaRue (Dixie Dregs, Steve Morse Band, Flying Colors) como sección rítmica; en el que una vez más queda claro que estos dos titanes del Prog Metal se entienden a la perfección y cuando se juntan se produce auténtica magia. A partir de aquí, convencer a Tony Levin y a Jordan Rudess de realizar un tercer disco de Liquid Tension Experiment, no fue complicado. La química musical de estos cuatro genios quedó patente en los dos trabajos anteriores de LTE y, además, la pandemia del coronavirus había propiciado que, al no poder girar ni tocar en vivo, los esfuerzos musicales de todos ellos se centrasen en componer nuevo material y trabajar sobre él gracias a las posibilidades de las tecnologías actuales. El resultado final ha sido ni más ni menos el esperado: un nuevo álbum de Liquid Tension Experiment verdaderamente espectacular y la espera, aunque demasiado larga, ha merecido muchísimo la pena.

El disco consta de ocho temas instrumentales en la línea de la banda y se abre, como es tradición en Liquid Tension Experiment con un tema rápido y lleno de cambios de ritmo como es «Hypersonic». Este tema ya nos deja claro que el espíritu de los dos discos anteriores está presente aquí y que vamos a gozar de lo lindo con las virguerías musicales que nos proponen siempre estos fenómenos. Escuchándolo, parece mentira que hayan pasado veintidós años. ¡Esto es LTE en estado puro, amigos! Tras esta excelente carta de presentación, llega un fenomenal «Beating the odds» cuyo riff inicial de Petrucci es pegadizo y «hard rockero». Durante los mas de seis minutos que dura el tema todos dejan muestras de su enorme talento a la hora de ejecutar sus instrumentos. La técnica de estos cuatro es de otro mundo y su virtuosismo es de sobra conocido pero que nadie se equivoque: Aquí nada es casual. Saben perfectamente lo que están haciendo, por qué lo están haciendo así y dónde están colocando cada nota del tema musical.

Con «Liquid Evolution» llega el momento más intimista del disco. Reminiscencias a King Crimson y al primer trabajo de la banda nos embriagan desde el minuto uno. Rudess y Levin llevan el peso aquí mientras que Portnoy marca el compás de manera soberbia y John Petrucci se marca unos interludios guitarrísticos de aúpa. «The Passage of Time» nos devuelve a la energía y nos hace preguntarnos además cómo demonios estos tipos logran que la música instrumental se vuelva tan increíblemente adictiva y se repita en nuestras cabezas una y otra vez. Realmente, es algo al alcance de unos pocos elegidos. Los creativos fills de Mike Portnoy, la magia que emana del teclado del genio Jordan Rudess una y otra vez, el bajo penetrante de la leyenda Tony Levin y, como no, las portentosas seis cuerdas de Mister John Petrucci casi nos hacen tocar el cielo con la punta de los dedos aquí.

«Chris and Kevin Amazing Odyssey» nos lleva de nuevo al primer disco y a las influencias del Rey Carmesí que aporta el electric upright bass de Levin (maestro absoluto de este instrumento) llenándolo todo con sonidos étnicos y el impresionante acompañamiento de la batería de Portnoy. «Rhapsody in Blue» es la única versión del disco y una verdadera delicia ver cómo interpretan la mítica pieza del compositor y pianista estadounidense George Gershwin. Aparte de la fuerza y precisión de la base rítmica, los arreglos y el increíble abanico de recursos musicales desplegado aquí, destacan por encima de todo Jordan Rudess y su dominio del teclado (añadiendo diferentes y sorprendentes sonidos) y John Petrucci demostrando por qué sin lugar a dudas es actualmente el guitarrista más versátil del género. «Shades of Hope» es otro tema lento que nos va preparando para ir finiquitando este maravilloso trabajo discográfico. Nuevamente, el piano de Rudess y la guitarra de Petrucci se alían (¡y de qué manera!) para emocionarnos.

El broche de oro a este álbum imprescindible lo pone «Key to the Imagination», un tema de más de trece minutos que es básicamente un compendio de la esencia de Liquid Tension Experiment y un derroche de talento musical a niveles estratosféricos. Podemos afirmar sin temor alguno que esta tercera entrega no solo no desmerece en absoluto a las dos anteriores sino que además ha superado todas las expectativas con creces. ‘Liquid Tension Experiment 3’ cierra una trilogía que se antoja fundamental para los amantes de géneros tales como la Música Instrumental, el Rock Progresivo, el Jazz Fusion o el Prog Metal. El álbum de estos cuatro colosos musicales que tanto habíamos soñado por fin está aquí y es, a falta de una mejor definición, prácticamente perfecto. Grabado por James «Jimmy T» Meslin y mezclado en The Mouse House Studios en Los Angeles, ha sido publicado por Inside Out Music y distribuido por Sony Music en varias versiones con material adicional e incluye fotos promocionales del propio Tony Levin. Con una alucinante portada, al estilo de las usadas anteriormente por la banda, se ha convertido ya en un clásico instantáneo por los impresionantes niveles musicales que atesora entre sus surcos. Es más, me atrevo a decir ya (pese que a estamos en mayo en el momento de escribir estas líneas) que es uno de los mejores discos del año.