Es de sobra conocido que los personajes principales de DC Comics son algunos de los más icónicos del género de los superhéroes. Algunos, como Superman o la propia Wonder Woman (la legendaria creación de William Moulton Marston y H. G. Peter que protagoniza el tebeo que nos ocupa hoy en la web) tienen ese aura de divinidad y majestuosidad que, aunque trasciende al papel y llega a rincones que otros no alcanzarán jamás, al mismo tiempo lleva consigo un peso añadido de dificultad y responsabilidad para todos aquellos autores que intentan realizar historias dignas y no echar por tierra todo lo bueno que ya existe sobre lo mismo.
Por esta misma razón, es muy probable que los mejores cómics de DC sean los Elseworlds (historias alternativas no sujetas a ninguna continuidad oficial y que permiten manga ancha o cierta libertad para escribir sobre personajes que, en la mayoría de los casos, parecen intocables). Algunos autores, logran auténticas maravillas al moverse en este terreno (y tenemos grandes nombres de obras que dan fe de ello). En este saco, podríamos meter también al sello DC Black Label (pese a sus luces y sus sombras) que, aunque no tenga mucho tiempo de vida, ya nos ha dejado cosas muy molonas como ‘Superman: Year One», por ejemplo.
Bajo este paraguas, llega la obra que toca reseñar hoy: ‘Wonder Woman, Tierra Muerta’, (Wonder Woman: Dead Earth) del autor de moda Daniel Warren Johnson (guionista, dibujante y entintador aquí) y el colorista Mike Spicer, colaborador habitual del primero. La premisa de la que parte el cómic es muy atractiva y nos lleva a un mundo en el que Wonder Woman despierta tras un letargo de siglos y descubre que el mundo se ha convertido a un erial nuclear pero no recuerda nada de lo sucedido. Así, sola en un oscuro futuro (una tierra prácticamente muerta) Diana de Temiscira se convertirá en la protectora de la última ciudad humana, la cual sufre los violentos ataques de unos monstruos colosales al tiempo que investiga la razón de toda esta locura.
Daniel Warren Johnson vuelve a dar aquí muestras de su talento y confecciona un buen guion, sin estridencias pero extremadamente efectivo y lo resuelve todo con mucha inteligencia. El norteamericano coge toda la esencia de Wonder Woman (y de su universo) y la coloca en mitad de una distopía apocalíptica llena de peligros en la que nuestra protagonista deberá escoger aliados para encarar un terrible secreto que tiene que con su condición de amazona divina más de lo que a ella le gustaría.
En cuanto al apartado gráfico, recalcar que Daniel Warren Johnson está, una vez, inconmensurable. Con trabajos como Extremity o Murder Falcon ya nos había ganado y aquí vuelve a conquistar nuestro corazoncito con esta versión de Wonder Woman, a caballo entre lo humano y lo divino, de aspecto quizá más jovial pero muy guerrera que, gracias al despliegue artístico del autor, hacen que cada página sea un deleite para el lector. El uso de onomatopeyas dibujadas por él mismo (como debe de ser) dota además de una gran personalidad al conjunto y el formidable color de Mike Spicer termina por rematar la faena de manera brillante.
En nuestro país, la serie ha sido editada en tapa dura por ECC Ediciones y no ha estado exenta de críticas, pese a ser (en líneas generales) una edición bastante competente. Cierto es que las ediciones originales norteamericanas del sello DC Black Label son estupendas (en rústica y de mayor tamaño) y personalmente creo que en España se debería haber tirado por este camino a la hora de editar esta obra pero, en cualquier caso, lo importante es que, sea cual sea la edición elegida al final, os hagáis con esta genial aventura de La Mujer Maravilla porque es un tebeo maravilloso que además no deja a nadie indiferente. Recomendado a toda luces.