El cómic japonés siempre nos deja obras interesantes dentro del género de terror que no dejan a nadie indiferente. Y el manga que traemos hoy es buena prueba de ello. Hideshi Hino es uno de los grandes maestros nipones del terror en el arte secuencial y uno de esos narradores marcados profundamente por el séptimo arte. Mangaka desde finales de los sesenta con obras tan impactantes como ‘Circo de monstruos’, ‘La isla de las pesadillas’ o ‘Galería de los horrores’, su particular estilo y un trazo detallista, junto a las extravagantes historias salidas de su gran imaginación, dotan a su producción de un atractivo muy especial.
Pero hoy, como digo, toca hablar de ‘El Niño Gusano’ (Dokumushi Kozou, en el original), obra publicada por primera vez en 1975 y disponible en España desde 2012 de la mano de Ediciones La Cúpula. Un manga que cuenta la terrorífica historia de un niño llamado Sampei Hinomoto, amante de los animales, el cual sufre acoso escolar permanentemente y, para colmo de males, su padre le considera poco más que una desgracia andante. Con su condición de marginado, a Sampei únicamente le queda el consuelo de poder estar con sus bichos y huir cuando puede a su escondite secreto. Un lugar en el que no se siente solo. Pero un día, tras ser picado por un extraño insecto de color, nuestro peculiar protagonista recibe una extraña mutación que le va a cambiar la vida para siempre.
Así, el niño contrae una extraña enfermedad que los médicos no saben diagnosticar. Poco a poco, su cuerpo va pudriéndose y se le caen los dientes, el pelo y hasta los brazos. Al final, acaba transformado en una especie de enorme gusano venenoso de aspecto grotesco que atemoriza a su familia y, sin desvelar nada de la trama, terminará de nuevo solo pese a la alegría inicial de descubrir un nuevo mundo gracias a su nueva situación y aspecto. El ansia por descubrir lugares y vivir experiencias desconocidas para él hasta ese momento lo llevarán a emprender un viaje lleno de inquietantes sucesos y que tendrá un fatídico desenlace.
El apartado artístico es absolutamente genial, como es habitual en las obras de este autor. Con un estilo muy llamativo (casi caricaturesco por momentos) y obviamente alejado del shōnen que habitualmente suele inundar las librerías de todo el mundo, Hino se presenta como un mangaka verdaderamente brillante. Sabe representar el terror de manera excelente en el medio, sí, pero sobre todo refleja de manera acertada en esta obra otras cuestiones como la angustia existencial, el rechazo de la sociedad, el miedo a la soledad, la sed de venganza y hasta el odio como un sentimiento innato en el ser humano.

El manga, que tuvo relativo éxito en paises como Estados Unidos (donde fue publicado con el título The Bug Boy) o Francia (L’Enfant insecte), posee algunas reminiscencias a la famosa obra de Kafka (‘Metamorfosis’) e incluso recuerda en algunos pasajes a otros genios enmarcados a menudo en el seinen como Shigeru Mizuki, Shintaro Kago o Jun Ji Ito (salvando siempre las distancias, claro). Realmente, Hino es un fantástico narrador y sabe además cómo poner el dedo en la llaga para despertar al lector de su indolencia con un cuento de terror y vendetta que mezcla lo repulsivo con lo melancólico. Reeditada en varias ocasiones (en 2004 llegó al mercado norteamericano en formato paperback) estamos ante un manga de horror que, curiosamente tiene un lado bastante triste. La edición de La Cúpula es estupenda, tanto en tamaño como en lo que a calidad del papel se refiere y respeta además el sentido de lectura tradicional japonesa. Un tomo de 212 páginas cuya última versión fue impresa este 2020 y que se lee en un suspiro (como reza el dicho; lo bueno, si es breve, dos veces bueno). Si aún no conoces el talento de Hideshi Ino, este manga es una buena manera de adentrarte en su fascinante universo lleno de historias macabras y grotescas.