La leyenda del enigmático granero negro de Gideon Falls sigue su curso y esta vez es el turno para un tercer tomo muy acertadamente subtitulado «Via Crucis», ya que tiene como principal protagonista al padre Jeremiah Burke; cuya trepidante y particular trama va a ocupar gran parte de los números que componen este volumen. Jeff Lemire, Andrea Sorrentino y Dave Stewart (los artífices de esta magnífica serie premiada con un Eisner) siguen asombrándonos y deleitándonos con esta historia terrorífica en la que Burke se verá envuelto en un peligroso juego de «caza al asesino» a través del espacio-tiempo que arranca en Gideon Falls en 1886. Un asesino, al que el sacerdote deberá detener cueste lo que cueste y que responde al nombre de Norton Sinclair.
Así se inicia una increíble serie de secuencias por distintas etapas y varios Gideon Falls alternativos. El primero de ellos, lleva al padre Burke a una especie de versión Far West del pueblo. Después, se producen otra serie de saltos hacia un futuro post-apocalíptico en plan 1984, una versión steampunk de esta localidad y así sucesivamente. Incluso, visitaremos una sociedad en la que todos van con máscarilla (sí, sé lo que estáis pensando) y en la cual Jeremiah Burke va a recibir ayuda para la creación de un artefacto de vital importancia para la historia. Todo esto, nos llevará finalmente a viajar hasta 1953 y, posteriormente, llegar a la actualidad y ver a un Burke convertido en obispo prepararse para luchar, como no podía ser de otro modo, contra esta perversa figura que sonríe.
Lejos de desvelar los misterios anteriores en torno al pueblo y esta extraña y diabólica construcción, todo se va retorciendo más y más aunque, por otro lado, sí va quedando claro que el misterioso hombre de la sonrisa siniestra sirve a un poder mayor que él. Además, veremos como se desvela que algunos habitantes de Gideon Falls van a desempeñar papeles de peso en esta historia. Esta tercera entrega, aunque Lemire hace gala de su maestría y su buen hacer hilvanando las distintas partes que conforman el argumento principal, es casi con total seguridad (y de los que están publicados, obviamente), el tomo en el que más brillan Sorrentino y Stewart.
Y es que este peculiar travesía que nos brindan aquí estos brillantes storytellers no podía lucir mejor en el apartado gráfico. Sin duda alguna, Andrea Sorrentino es perfecto para Gideon Falls. El italiano, que ya demostró su especatacular talento en los tomos anteriores, aquí se luce todavía más con la representación de los saltos espacios-temporales y la construcción de la máquina de Burke. El trabajo de Dave Stewart es la guinda perfecta para el pastel que con una sabia elección de colores, logra que nos sigamos sumergiendo cada vez en el maravilloso aspecto visual de esta oscura e inquietante pesadilla. El poner el valor el desempeño de Stewart no es cuestión baladí ya que, sin él, probablemente la obra cobraría otra dimensión muy diferente.
Pero no solo seremos testigos de este enajenado viaje por distintas realidades y momentos sino que, además, la odisea del padre Burke se cruzará en su momento con la de otros personajes como la Dra. Xu o el padre Wilfred. En paralelo, también se produce otro hecho de vital importancia para la trama que tiene que ver con la familia Sutton; aunque lo que ocurrirá a continuación nos llevará al final de este volumen y, entre otras cosas, a desear tener ya en las manos el siguiente tomo, porque el cliffhanger es de órdago.
Una nueva entrega de esta serie de Image editada por Astiberri Ediciones en España en un tomo que incluye además las portadas variantes de artistas como Gabriel Hernández Walta, Ray Fawkes o Ming Doyle. Terror psicológico de categoría en esta serie a la que se suma aquí una aventura de acción no exenta tampoco de misterios que harán que, si no estabas enamorado ya de esta obra, caigas rendido definitivamente ante este Gideon Falls y se convierta en uno de tus cómics actuales favoritos.