De 2017 a 2019, Astiberri publicó en nuestro país la serie «Descender«, de Jeff Lemire y Dustin Nguyen, una de las mejores series independientes de Ciencia Ficción de los últimos tiempos. En la serie, que gustó mucho a los amantes de los cómics de este popular género, vimos como una galaxia con grandes logros tecnológicos se enfrentaba al peligro de Los Cosechadores, los robots emprendían una revolución a gran escala y en mitad de todo esto descubríamos a personajes carismáticos e interesantes como el TIM-21 (el androide con aspecto de niño), Effie y Telsa, entre otros. Para gozo de aquellos que estaban contando los días que quedaban para que la editorial bilbaína publicase en España su secuela, llega por fin ‘Ascender‘; la esperada continuación de esta obra editada originalmente en Estados Unidos por Image Comics.
Ahora, los dos autores se embarcan en una nueva aventura en la que introducen nuevos elementos que enriquecen aún más lo que nos mostraron en la primera entrega. Con el subtítulo de «La galaxia hechizada» ya se nos deja entrever por donde van los tiros en esta ocasión. Y es que, muy acertadamente, los artífices de esta saga añaden la magia y los seres sobrenaturales (como por ejemplo, vampiros) a la misma para enriquecer la historia, dando un giro de 180º a lo sucedido en ‘Descender’. ¿Qué consiguen con esto? Pues revitalizar de algún modo la serie y hacerla más fresca y atractiva si cabe y, lo más importante, abrir un nuevo mundo de posibilidades para estos personajes e introducir otros nuevos.
Todo comienza en un boscoso planeta llamado Sampson, un mundo devastado y sumido en una era pre-tecnológica en el cual vive una niña pequeña llamada Mila. Nos situamos exactamente 10 años después de los hechos acontecidos para conocer a esta pequeña perspicaz e inquieta. Mila, valiente a pesar de su edad, pasa los días explorando los bosques y sobreviviendo como puede trapicheando e intentando no meterse en líos para no enfadar a Andie, su padre, con el que vive en una humilde casita en la montaña.
Andie, el papá de Mila, no quiere que esta baje a las ciudades y poblados cercanos por temor a enfrentarse a los hombres de Madre, la máxima autoridad de este mundo extraño lleno de criaturas imposibles en el que la maquinaria ha sido sustituida por la magia. Las razones de Andie para evitar a toda costa a los esbirros de Madre son obvias, aunque desde el primer momento se nos deja claro que Andie arrastra un trauma importante relacionado con Effie (la mamá de Mila) y que su principal obsesión es seguir siendo libre y no someterse al yugo de esta abominable y malvada hechicera que lo controla todo gracias a sus espías y soldados.
El personaje de Madre, dota a la historia de un villano carismático y pese a estar lleno de clichés, resulta tan atractivo como imprescindible en una aventura de estas características. Madre es una bruja vampira terriblemente poderosa cuya maldad y ansias de dominación parecen no tener límite. Es un personaje tremendamente bien escrito por Jeff Lemire, que lo hace imprescindible para este escenario tan especial en tan solo unas pocas páginas (lo cual tiene mucho mérito). Madre, está buscando desesperadamente a un misterioso mago que protege a los rebeldes del CGU y eso la tiene intranquila pues a ella, que afirma controlar todo lo relacionado con la magia en la galaxia, se le ha revelado una oscura profecía que le advierte de un peligro inminente para sus planes.
Mientras todo esto ocurre, un perro robótico cae del cielo cerca del hogar de Andie y Mila y pronto descubriremos la relación que guarda con los protagonistas de esta historia. Al ser descubiertos por los soldados vampíricos de Madre, padre e hija (a los que se une el peculiar cánido androide) se verán abocados a abandonar su hogar y partir hacia los muelles en busca de una vieja amiga que les ayude a huir de este planeta aislado del resto de la galaxia en el que conseguir una nave espacial es harto complicado.
La serie es un híbrido entre Ciencia Ficción y Fantasía muy bien escrito por Lemire y maravillosamente dibujada por Dustin Nguyen. La importancia de este último en el apartado gráfico es esencial para que todo lo que tan hábilmente hilvana el guionista canadiense en esta secuela, funcione. El arte del vietnamita, aparte de ser magnífico y visualmente delicioso, funciona mucho mejor con entornos repletos de vegetación y ríos, planetas volcánicos y criptas lúgubres con secretos enterrados que con naves y tecnología. Veremos pues disparos y lucha, carreras a través de bosques mientras seres imposibles persiguen a los protagonistas, tortugas marinas gigantes voladoras, saltos de fe y escenarios salidos de los cuentos y leyendas que todo buen fan de la literatura fantástica conoce. Todo ello, representado de la mejor manera posible por este artista ganador también de un Eisner.
Ascender es un cómic que recoge todo lo bueno que tenía su predecesor y no solo lo amplía; sino que lo potencia. Realizar una secuela de Descender continuando por la misma senda, hubiese sido un error. En cambio, la inclusión de todos estos elementos mágicos y sobrenaturales añade un plus de calidad a la historia y la convierte en un entretenimiento de calidad que remite a esas historias míticas de aventuras que tanto nos gustan a muchos y que, acertadamente, suelen mezclar géneros. Un nuevo mundo de posibilidades se abre pues ante los fans de la saga que cuenta con flashbacks en los que veremos los orígenes de algunos miedos y comportamientos de sus protagonistas, sub-tramas con terribles secretos que flotan en el ambiente esperando a ser desarrolladas y, como no, un cliffhanger espectacular al final de este primer volumen que lo deja todo encaminado para el siguiente paso del viaje. Un viaje que, gracias a estos dos brillantes narradores, promete darnos muchas alegrías.