No hace mucho, os contaba desde estas mismas páginas las bondades del primer volumen de Royal City. Un tomo que dejaba en el aire algunos interrogantes relacionados con la familia Pike y, en especial, con el pequeño Tommy, el hijo menor de esta. Mediante un uso magistral del desarrollo de personajes, un gran dominio de la narrativa gráfica y su buen hacer como dialoguista, el autor canadiense nos sumergía en los entresijos de esta ciudad y en las historias costumbristas de sus habitantes.
La cosa continúa a buen nivel en este segundo volumen de la excelente serie de Image Comics creada por Jeff Lemire publicada en España por Astiberri Ediciones, la cual viene con el subtítulo de «Sonic Youth». En esta ocasión, viajaremos al pasado para experimentar las vivencias adolescentes de los hermanos Pike durante los convulsos años noventa. Así, veremos cómo eran las relaciones entre ellos y qué consecuencias para el futuro tendrán algunas acciones de los miembros de la familia Pike. No solo exploraremos las relaciones entre hermanos, ya que el bueno de Lemire también nos cuenta de qué manera crecieron estos chicos en ese entorno gris (en el que la fábrica juega un papel determinante en la vida de los habitantes de Royal City) y cómo se fueron fraguando algunas relaciones amorosas y de amistad que ponen de manifiesto la tristeza, la decepción y la soledad que inunda las vidas de estos.
Como no podía ser de otra manera tratándose de Lemire, el tratamiento de los personajes es excelente. La historia principal y las sub-tramas giran en torno a los distintos personajes que componen el mundo creado por el guionista introducen al lector en una vorágine de sensaciones encontradas, en las que mediante el uso de una narrativa gráfica apabullante, iremos profundizando en la etapa juvenil de los hermanos; siendo el pequeño Tommy el nexo de unión de estas (como ya nos mostraba el autor en el primer volumen) aunque sin dejar de lado las paranoias, los excesos, la desazón del resto de la familia.
Aunque en este segundo volumen todo el protagonismo se lo lleva el pequeño de la familia, una de las subtramas más interesantes es sin duda la que concierne a Pat, el hermano mayor (el escritor, recordemos) y como la apatía que vimos reflejada en su yo adulto en el primer tomo le ha acompañado desde su juventud. Un tipo realmente anodino (y algo pusilánime en el fondo) que necesita el empujón de los demás siempre para seguir su camino, incluso cuando este está delante de suya y las decisiones a tomar no pueden ser más claras. Además, de todos los hermanos, es el que menos relación tiene con Tommy; siendo estos casi unos perfectos desconocidos entre sí.
La música también está presente aquí (desde el propio subtítulo) y bandas como Pixies o Nirvana, tan representativas de esta década y su generación, tienen su pequeño momento en la historia. También veremos como el paterfamilias, se va desmoronando poco a poco (y con él, su matrimonio) pero, sobre todo, lo más interesante: la aparición del fenómeno de las radios. El fenomenal estudio de personajes sigue presente en este segundo tomo en el cual Lemire regresa a esta localidad tan peculiar nuevamente como autor completo, para deleitarnos con los traumas, anhelos y vivencias de esta familia.
A través del diario de Tommy iremos conociendo más sobre este, sobre su depresiva personalidad y sobre el misterio que se cierne sobre él, que es sin duda el pilar de esta serie maravillosa para la cual Lemire ha contado con la inestimable ayuda de Brian Brewer y Will Dennis. Un segundo volumen este, una vez más editado de manera impecable por Astiberri, que deja muy claro que Royal City es uno de los mejores cómics que han desembarcado en nuestro país en este 2019.