Vaya por delante que el que suscribe estas líneas es bastante fan de la obra del guionista escocés Mark Millar. En general, es un tipo que ha hecho cosas realmente buenas en el cómic norteamericano. Pero es cierto que últimamente, y en mi humilde opinión, todo lo que nos llegaba del Millarworld parecía «cortado por la misma tijera», como se suele decir coloquialmente. Cosas como «Crononautas«, «Huck» o la más reciente «Renacida», pese a partir de premisas muy interesantes, tenían siempre algo en común: Dichas obras prometían mucho y luego se quedaban en meros productos de entretenimiento con un comienzo prometedor pero que al final no lograban desarrollar bien la historia en pocos números y sólo se salvaban gracias al talento de dibujantes estrella como Sean Murphy, Rafael Albuquerque o Greg Capullo. También es verdad que si en lugar de ser concebidas como series limitadas hubiesen sido series abiertas igual quizá el resultado habría sido más potente pero eso ya entra dentro del terreno de la especulación.

La cosa es que con Starlight, la magnífica obra que os traigo hoy al blog, afortunadamente, todo lo anteriormente mencionado no ocurre. Estamos ante la que es una de las mejores obras recientes del señor Millar la cual no sólo nos deja una aventura de ciencia-ficción con tintes pulp verdaderamente apasionante que posee sabores a clásicos atemporales de la cultura como Flash Gordon sino que, además, tiene el enorme acierto de haber sido ilustrada por el prodigioso Goran Parlov que, una vez más, está realmente espectacular aquí.

Starlight, se publicó originalmente en USA en 2014 a través del sello Millarworld y contiene los números 1-6 de esta serie limitada. En España, llegó hace en 2016 de la mano de Panini Comics, bajo el subtítulo de «El regreso de Duke McQueen». ¿Y quién es ese tal McQueen?, se preguntarán algunos. Pues es, ni más ni menos, el héroe espacial que protagoniza esta fantástica obra en la que el equipo creativo (al cual hay que sumar el formidable trabajo del croata Ive Svorcina al color) homenajea de manera brillante a seriales como Flash Gordon o «John Carter de Marte».

La historia, sencilla pero bien construida, nos presenta a Duke McQueen, un tipo ya entrado en años (con una nieta, incluso) que tiene una vida aparentemente normal y anodina. Acaba de enterrar a su esposa, fallecida por culpa de un cáncer, y sus hijos no le hacen mucho caso, ya que viven sus propias vidas y empleos y no tienen tiempo para visitar a su padre. Pero el bueno de Duke esconde un fantástico secreto. Hace muchos años, cuando era joven, viajó a otro planeta para vivir aventuras espaciales, derrotar a un dictador intergaláctico llamado Tifón y salvar un planeta entero del yugo de la tiranía. Todo eso ya queda muy lejos en su memoria, ya que al terminar su misión regresó a la Tierra, se casó y ahora pasa los días recordando con nostalgia aquellos momentos. Todo cambiará cuando, una noche, un pequeño viajero llamado Khris Moor acude en su búsqueda para que le ayude a salvar su planeta de nuevo de la amenaza de la raza conocida como los broteanos. Así, Duke McQueen se prepara para una última gran aventura.

«Aventuras espaciales de ayer y hoy presenta…»

La narración gráfica de Parlov es sencillamente espectacular. Es un dibujante de cómics soberbio (Nick Fury MAX, The Punisher MAX y otras le avalan) y la historia funciona (sobre todo) gracias a él. Los diseños de los trajes y las naves o los diferentes personajes y criaturas que aparecen en el cómic son sensacionales y no tardarás en sumergirte de lleno en las andazas de estos héroes en Tántalus y disfrutar de esta maravillosa obra en la que el color también de Svorciva también desempeña un papel fundamental.

Estamos ante un genial tebeo de aventuras, bien construido, repleto de referencias a la «cultura pop» y en el que Millar cumple sobradamente en uno de sus mejores trabajos desde Kick-Ass. Si a ello le sumas un grandísimo dibujo y que además en la edición española se han incluido las portadas de artistas como John Cassaday, Rob Liefeld o Cliff Chiang, tenemos ante nosotros una compra obligada. Para finalizar, sólo queda formularse la eterna pregunta siempre que hablamos de una obra del guionista pelirrojo: ¿Veremos algún día una película basada en Starlight?