En los últimos años hemos visto crecer de manera exponencial a editoriales que podrían catalogarse de pequeñas o independientes y que nos están dejando obras de gran calidad y series bastante destacables. Sin duda alguna, la compañía norteamericana Aftershock es una de las más importantes actualmente, en este sentido. Y es que nos está deleitando con cómics formidables que no tienen nada que envidiar a muchas de las producciones que nos llegan desde la popular Image, por poner un ejemplo.

Series tan interesantes como ‘Animosity‘, ‘Captain Kid‘, ‘Insexts‘, ‘American Monster’ y, por supuesto, la que nos ocupa en esta ocasión, Dreaming Eagles donde vamos a encontrar a un equipo creativo en estado de gracia formado por el genial (e incombustible) Garth Ennis (que lejos de vivir de las rentas sigue demostrando trabajo a trabajo que es uno de los mejores guionistas de cómics actualmente) que une fuerzas en esta ocasión con el dibujante Simon Coleby (Batman Eternal) y el colorista John Kalisz (Second Sight) para narrarnos una extraordinaria historia basada en hechos reales que incluye hazañas bélicas de pioneros de la aviación, críticas a problemas de la sociedad como el racismo y otras cuestiones como las relaciones paterno-filiares.

Ennis, con su habitual maestría, nos cuenta aquí (a modo de flashbacks, puesto que la trama principal se desarrolla en los años sesenta) las peripecias de los aviadores de Tuskegee, un grupo de pilotos que rompieron barreras al ser los primeros aviadores afro-americanos de la Segunda Guerra Mundial. En aquella época, estos aguerridos héroes de la aviación además de contra la Alemania nazi, tenían el handicap de tener que luchar al mismo tiempo contra la segregación racial y la discriminación dentro de su propio ejército.

Aparte de esta interesante premisa, lo interesante del cómic es que el lector se introduce de lleno en la trama a través de las vivencias de Reggie Atkinson, uno de esos pilotos, el cual le explica a su hijo todo lo que vivió en combate en aquellos días y las consecuencias tanto de victorias como de derrotas en su formación como ser humano. Su hijo, Lee, está comenzando a distanciarse de él y además se está implicando mucho en diferentes movimientos por los derechos civiles, y ello le está llevando a dejarse llevar por la ira, que le está empezando a consumir. De ese modo, Reggie se sienta a hablar con él en su porche y se establece una relación inédita hasta la fecha entre ambos, en la que el veterano ex piloto intenta hacer ver a su joven hijo que, pese a que él y sus compañeros tuvieron que pasar por mucho en las fuerzas aéreas, sufriendo el desprecio de compañeros y superiores, la violencia no es la solución a los problemas y que ha costado muchos sacrificios llegar hasta donde están y que la lucha debe seguir pero no por ese camino.

La elección de Coleby como dibujante resulta perfecta para la obra, con un estilo quizá no totalmente realista pero sí bastante cumplidor y con un toque muy actual. El dibujante está especialmente acertado a la hora de representar también los aviones (modelos P-39 y P-40, entre otros) que están dibujados con detallismo y acierto. La narración posee un gran dinamismo, lo que contribuye a pasar de los momentos más pausados de conversación a otros de batallas aéreas de manera fluida, atrapando al lector poco a poco. El color ayuda mucho a dotar a la serie limitada de una fuerte personalidad.

Para finalizar, recomiendo además encarecidamente su lectura en tomo (el cual además posee una factura impecable, editado además en tapa dura y con papel satinado de gran calidad) o, en su defecto, esperar a tener las seis grapas que conforman la serie limitada en tu poder y leerla de corrido. Es mejor hacerlo así y no dejar mucho tiempo entre grapa y grapa. De lo contrario, corres el riesgo de no conectar de primeras con la trama que plantea Ennis, ya que además ésta va in crescendo y parece estar diseñada para disfrutar de principio a fin, sin interrupciones. Una obra, en definitiva, que no defraudará a los seguidores del talentoso escritor irlandés pero que además yo recomiendo a cualquier lector que guste de los cómics con trasfondo, de esos que te cuentan una historia y que además te hacen reflexionar acerca de algunas cosas que, por desgracia, siguen ocurriendo hoy día.