Siempre que uno necesita evadirse un poquito del mainstream dominante o simplemente decide tomarse un respiro entre tanto «pijameo superheroico», lo ideal es refugiarse en esas pequeñas editoriales independientes que en ocasiones nos dan la vida con algunos proyectos que, no por ser tan conocidos como otros grandes nombres, están exentos de calidad.

Al contrario, en muchas ocasiones en compañías más modestas como Boom! Studios o IDW (el caso que nos ocupa hoy) podemos encontrar auténticas joyitas que nos hacen disfrutar aún más de esta noble y sana afición que tenemos algunos por el noveno arte.

De la mano de Sapristi, nos llega ahora una divertida (y sin dejar de poseer por ello cierta profundidad en algunos aspectos) novela gráfica enmarcada en el género de la ciencia-ficción pero narrada en clave de sátira guionizada por Ryan Ferrier y dibujada por Valentín Ramon denominada «D4VE«. Un cómic de IDW publicado en 2015 y que, más vale tarde que nunca, está despertando el interés de muchos fans de las distopías, el cyberpunk, la inteligencia artificial y este tipo de temas siempre tan interesantes.

5cotty

La historia, nos presenta un mundo postapocalíptico del futuro en el que las máquinas han tomado el control y los seres humanos son historia. Los androides son ahora la raza predominante del planeta y han sustituido al hombre en todos los menesteres. Una vez libres de los hombres, los robots entraron en una dinámica de estancamiento y comenzaron a comportarse como humanos, repitiendo los mismos patrones que la raza extinta (mantienen las ciudades, trabajan, tienen familias, etcétera). Incluso, defienden La Tierra de amenazas alienígenas que pretenden conquistar el planeta. Y aquí es donde entra nuestro protagonista, D4VE.

D4VE es un androide atrapado en la tan cacareada crisis de los cuarenta, que encima pasa los días amargado en su puesto de trabajo (trabaja de chupatintas en una empresa depuradora de agua), aguantando a un supervisor tirano, mientras revive una y otra vez en su memoria sus días de gloria cuando era la punta de lanza en las batallas libradas en la Tierra. A pesar de ser un curtido veterano de guerra, su mujer le odia y piensa que ha perdido el rumbo. Su hijo, 5C0TTY, pasa de él y lo único que hace es jugar a videojuegos y masturbarse (sí, habéis leído bien). En resumidas cuentas, su existencia es un completo desastre. Cuanto ya parece resignado a vivir de este modo, ocurre algo que lo cambia todo: Una invasión alienígena está a punto de tener lugar. D4VE recuperará la esencia de su programación original e intentará detener a los extraterrestres hostiles como sólo él sabe hacerlo. Para ello, contará con el aliado más inesperado de todos.

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Aparte de esta premisa tan interesante y de un guion que resulta muy ameno en su lectura; el dibujo de Valentín Ramon es una verdadera gozada. Ramon posee un trazo eminentemente indie pero increíblemente detallista al mismo tiempo, que le viene como anillo al dedo a una obra de estas características. Un artista muy potente en su narrativa gráfica y además se afana mucho con los detalles de las viñetas. El color es otro de los aspectos a tener en cuenta del cómic, ya que resalta aún más el atractivo apartado visual desarrollado por el dibujante.

Una obra con referencias a las películas de Will Smith, a la telebasura, a los estereotipos que nos han vendido desde siempre y otras críticas a la sociedad siempre desde un punto de vista satírico, a la que sólo le puedo poner un pero en su edición española: El papel elegido por Sapristi para la edición en tomo físico en rústica quizá no es el adecuado para una obra así, que viene de lo digital (recordemos que D4VE se publicó primero en este formato) y a la que un satinado de calidad le habría venido de perlas a un cómic que tiene tanta potencia visual y hace gala de unos colores tan llamativos. Aún así, estamos ante una novela gráfica más que recomendable y que, a modo de curiosidad, sigue hoy día dando guerra con su continuación, denominada «D4veocracy«, que cuenta con sus creadores, y que puedes encontrar ya en formato digital en diferentes tiendas online de cómics.