Ya tocaba traer a dos ilustres personajes de nuestra historieta a la web. Y es curioso que, siendo tan fan como soy del gran maestro Francisco Ibáñez hayan tardado tanto en aparecer estos geniales agentes de la T.I.A. llamados «Mortadelo y Filemón«. El tebeo del cual os voy a hablar hoy es de 1996 y, pese a que quizá no esté considerado como uno de lo clásicos de la historia de las dos inmortales creaciones de Ibáñez (como «El Sulfato Atómico«, «Chapeau el esmirriau» o «Magín, el Mago«, por poner sólo algunos ejemplos magistrales) es un cómic muy divertido que además rinde homenaje a grandes clásicos de la historieta internacional y del cómic de superhéroes.

La surrealista historia de este «100 años de cómic» es la siguiente: El profesor Bacterio ha inventado una máquina que puede extraer los dones y habilidades de los más grandes personajes de la historia del cómic. La cosa sale mal, como no podía ser de otra manera, y los poderes van a parar los integrantes de «la banda del Orzuelo», unos conocidos de nuestros protagonistas que no son sino unos maleantes y canallas de tres al cuarto. De ese modo, Mortadelo y Filemón tendrán que capturar a estos tipejos que ahora, gracias al accidente, son más peligrosos que antes y la cosa derivará en un sin fin de momentos delirantes marca de la casa.

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El característico toque de Ibáñez está presente de principio a fin, obligando al lector a reír a mandíbula batiente casi en cada viñeta, con esos ataques gratuitos a la pobre Ofelia y, por supuesto, con las ridículas persecuciones finales en la que Mortadelo hace gala de su habilidad con los disfraces. Así, podremos encontrar en su interior versiones realmente hilarantes de Superman (ahora convertido en una mala bestia), Mandrake el Mago, Batman, Flash Gordon o una suerte de Spider-Man bastante inútil. Personajes míticos del cómic, vistos desde el particular prisma humorístico de uno de los más grandes del tebeo en nuestro país (si no el que más).

Por eso, el tebeo es una delicia no sólo para aquellos amantes de estos míticos personajes y del humor de su creador, si no también para los fans del cómic en general, ya que es muy divertido ver como los agentes de la T.I.A. se afanan en detener a esta especie de trasuntos de héroes legendarios, ahora reconvertidos en malosos de medio pelo al estilo Bruguera. Las situaciones absurdas «marca de la casa» se suceden una tras otra. No faltan los características viñetas en las que, al margen de la acción principal, «ocurren cosas ridículas de fondo», como por ejemplo la aparición de un dinosaurio detrás de unos edificios, un coche propulsado por un cohete que tiene amarrado sobre una cuerda en la baca o el típico can erguido, orinando de pie sobre sus cuartos traseros, cual humano cualquiera.

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La nota negativa es lo que hemos debatido muchas veces en diversos foros de aficionados al mundillo: puede que para ciertos lectores, haya gags y momentos cómicos que se repitan en exceso y que, hace treinta años nos hacían mucha gracia a todos pero que quizá hayan perdido fuerza con el paso del tiempo. Y eso que personajes como Superlópez, Rompetechos o los propios Mortadelo y Filemón (quizá por poseer mucha variedad de temas y una imaginación desbordante) han envejecido mejor que otros coetáneos o predecesores suyos que, al abusar demasiado del concepto que en su momento funcionaba bien y repetirse una y otra vez, no han corrido la misma suerte.

Sea como fuere, a pesar de que no estamos ante uno de los grandes trabajos de Ibáñez con Mortadelo y Filemón, sí que es una lectura amena, de esas que apetecen de vez en cuando para sacarse de encima la pátina de seriedad o grandilocuencia de las colecciones de las grandes editoriales norteamericanas, que son aquellas a las que con más frecuencia suele acercarse la inmensa mayoría de lectores (perdón, fans del manga y del europeo pero lo que viene desde Yanquilandia suele ocupar más estanterías en las librerías especializadas, es un hecho). Hemos crecido con estos personajes y ya son parte de nuestra infancia, por lo que siempre es un gustazo abrir un tebeo de estos laureados personajes y disfrutar de sus divertidas andanzas.

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