A finales de los noventa, en uno de mis desplazamientos a la capital del Estado, escuché por primera vez un tema de «Unleash The Beast«. En el programa de radio de Mariano Muniesa, si no recuerdo mal. Simplemente bastó el riff inicial, para que mi primer pensamiento fuese: «Estos tíos siguen siendo grandes«. El tema en cuestión no era otro sino «Terminal Velocity«, un auténtico trallazo de auténtico Heavy Metal de esos que, al igual que ocurre con las grandes bandas de Rock, nunca pasa de moda y consigue destrozar en mil pedazos tus oídos.
En aquel entonces ya era un gran fan de Saxon y dicha escucha, aparte de lograr que la canción se conviertese en una de mis favoritas de todos los tiempos (no sólo del repertorio de la banda británica) también consiguió que al final me hiciese con el álbum en cuestión.
A pesar de que en su momento gozó de una estupenda acogida por parte de crítica y público, ‘Unleash The Beast‘ es de esos discos que, por alguna extraña razón que se me escapa (contiene buenas canciones y una producción de gran calidad) no ha logrado nunca el reconocimiento que realmente se merece. Me atrevería a decir que, con el paso de los años, para muchos seguidores del género cayó en el olvido, a pesar de que el propio grupo lo defendió a capa y espada llegando a decir de él que era uno de sus mejores trabajos. Para mi gusto, está al nivel (o mejor incluso) que ‘Dogs of War‘, otro de mis plásticos favoritos de Saxon al cual también tengo en un pedestal.
Producido por Kalle Trapp y los mismos Saxon, fue grabado en los teutónicos estudios Karo, ‘Unleash The Beast‘ se puso a la venta en 1997 (gracias a CMC Internacional) y fue posteriormente reeditado por SPV-SteamHammer en 2007 (incluyendo dos temas grabados en directo en Alemania como Bonus Tracks), con lo cual supongo que muchos nuevos seguidores de la banda más jóvenes lo descubrirían y acabarían enamorándose de él como mandan los cánones.
El disco se abre con una intro instrumental llamada «Gothic Dreams«, para dar paso al tema-título, una pieza de heavy clásico, muy del estilo de la banda, con un interesante cambio de ritmo al final de la misma. El tercer tema es, al menos en mi humilde opinión, el mejor del álbum de lejos y, como dije al principio de este artículo, uno de los mejores que estos melenudos, ahora ya abueletes del Metal, hayan grabado en su vida. Y es que «Terminal Velocity» lo tiene prácticamente todo: Sentido del ritmo prodigioso, un riff apabullante, un estribillo pegadizo y un solo de guitarra de esos que quitan el hipo. Solo os digo que 16 años después sigo poniéndolo una y otra vez y no me canso de escucharlo.
La fiesta no decae al finalizar esta canción ni muchísimo menos, de eso se encargan cortes como «Circle of Light» o «Ministry Of Fools«. Uno tras otro van cayendo grandes canciones como el medio tiempo «The Thin Red Line» y trallazos como «Bloodletter» o el imprescindible «All Hell Breaking Loose«(otro de los mejores de este trabajo en estudio de los pioneros de la NWOBHM).
Los británicos están incomensurables con sus instrumentos, destacando especialmente los dos hachas y (como no) la voz icónica del líder Biff Byford. Lamentablemente, este fue el último trabajo del batería Nigel Glocklers que, tras nueve años como batería fijo en Saxon, tuvo que dejar de aporrear los tambores por problemas de salud). Un disco que mezcla sabiamente temas de corte clásico con otros que poseen un aire más «comercial». Mención aparte merece la peculiar portada, arquetípica a más no poder, pero que sin ser nada del otro mundo (algunos en su momento no dudaron incluso en calificarla de horrenda) logra reflejar bastante bien las ideas que tenían en la banda en aquel momento para la composición del disco.
Como curiosidad, señalar que tanto la balada «Absent Friends» como el disco están dedicados a la memoria de John J.J. Jones, el jefe del equipo de roadies de la banda, fallecido un año antes del lanzamiento del disco. Si te gusta el Heavy Metal y no has escuchado este disco aún, no te preocupes. Nunca es tarde para hacer añicos tus tímpanos con material de buena calidad. Afortunadamente, ese es un sentimiento que no pasa de moda jamás.