En Shinjuku, el barrio más cosmopolita y vivo de la ciudad de Tokyo, alejada de las luces de neón, se encuentra una pequeña cantina sin nombre. Esto no impide que sea una de las más conocidas y queridas de la gran urbe japonesa. Un local que abre a partir de las doce de la noche y cierra a las siete de la mañana. Quizá por esta razón, acoge siempre a una pléyade de seres noctámbulos y hambrientos de lo más variopinto. Su dueño tampoco tiene nombre pero si algún plato no está en el menú y se te antoja, él puede prepararlo sin problemas. Hoy vamos a conocer esa taberna tan particular, nacida de la mente del genial Yaro Abe.

Enmarcado dentro de lo que se conoce como «drama culinario» (muy popular en los cómics japoneses) La cantina de medianoche es un manga verdaderamente especial, que te atrapa desde la primera página. Su creador, tras más de 20 años como un importante directivo en una agencia de publicidad, debutó como mangaka a la edad de 41 años después de ganar un premio en 2003. Tres años más tarde, decide publicar la obra que nos ocupa hoy. ¿El resultado? Un auténtico éxito que acabó traspasando las fronteras de su país.

«La obsesión de la comida por los amigos nipones es manifiesta».

Por las páginas de este manga veremos desfilar toda suerte de personajes; cada uno con sus miserias, sus alegrías, sus desengaños amorosos y sus pequeñas manías. Historias tristes y alegres que, a través de los clientes que acuden a devorar los sabrosos platos de este local, componen un cuadro de situaciones muy emotivas realizado con maestría. Las confidencias y frustraciones de yuppies fracasados en el amor, mujeres misteriosas, mafiosos y agentes de la ley, cuarentones que añoran su infancia o simplemente personas de toda condición que necesitan cariño y amistad; se suceden una tras otra entre platos de almejas hervidas con sake, chikuwa con pepino, cazuelas de udon, salchichas rojas, berenjenas, arroz e inarizushi. Y todas ellas, de algún modo, acaban desnudando su alma en esta acogedora cantina.

El estilo de Yaro Abe, que podría enmarcarse dentro lo que algunos denominan gekiga, es realmente atractivo a nivel visual; como se puede apreciar por las imágenes que acompañan a esta reseña. Si bien no es especialmente recargado, gracias al dibujo de rostros expresivos es perfecto para retratar como es la sociedad japonesa a través de las relaciones entre los comensales de este establecimiento y con su trazo es capaz de representar momentos de humor y melancolía por igual. Todo ello, sin perder un ápice de brillantez.

Para ir concluyendo, simplemente indicar que, como ya he comentado más arriba, ‘La cantina de medianoche’ es todo un fenómeno superventas en el «país del sol naciente». Y ese éxito se ha trasladado al resto del globo terráqueo, logrando incluso su propia serie televisiva en Netflix (que lleva por título Midnight Diner: Tokyo Stories) y dos largometrajes basados en las anécdotas entrañables de sus personajes. También, hay que recordar que la segunda entrega de esta obra tan especial formó parte de los “esenciales” del Festival Internacional de Cómic de Angoulême de 2019. Con dos volúmenes publicados en nuestro país por Astiberri Ediciones, estamos ante uno de los cómics japoneses más entretenidos y adictivos que uno pueda consumir; bien como una comida copiosa, bien como una cata de degustación de buenas viandas en pequeños platos. Sea como sea, estamos ante un manga muy recomendable este del maestro Yaro Abe que es además una estupenda crónica social de la cultura japonesa y su gastronomía y en el que, aunque predomina el drama, también hay espacio para el humor en pequeñas dosis. Una delicia para los sentidos que no te puedes perder.