Uno de los artistas del cómic norteamericano más admirados y queridos por el aficionado al medio es el sin par Neal Adams. Su talento y su trayectoria profesional lo avalan como uno de los grandes y no es para menos, pues sus trabajos para grandes editoriales como Marvel y DC están considerados como clásicos atemporales. Todos hemos disfrutado su etapa en Batman, obras como Deadman o el archiconocido Green Lantern/Green Arrow.

Lo que quizá muchos no sepan es que en 1971, Adams y el artista y entintador estrella Dick Giordano fundaron en 1971 su propio su estudio, al cual denominaron «Continuity Graphics Associates». Al principio, realizaban sobre todo guiones gráficos (storyboards) y arte publicitario pero con el paso del tiempo, se modernizaron y comenzaron a tocar cosas como la animación, el diseño conceptual, etcétera. Incluso, trabajaron para diversas compañías de cómics y ayudaron a hacer despegar las carreras de algunos dibujantes.

«Ms. Mystic llegó a Continuity en los años ochenta.»

La cosa es que toda esta labor como packager lleva a que, en 1984, Neal Adams cree «Continuity Comics«, una editorial en la que había historias de superhéroes (algunos creados por el propio Adams) como Megalith, Armor, o Ms. Mystic, que venía de Pacific Comics y acabó en Continuity a mediados-finales de los ochenta. Estos héroes y villanos del cómic compartían el mismo universo y eran más «agresivos» (por así decirlo) que los personajes de Marvel y DC.

También teníamos aquí a un conocido de la afición como el popular Bucky O ‘Hare (creado por Larry HamaMichael Golden). El personaje de Bucky O’Hare tuvo tanto éxito que Hasbro lanzó a principios de los noventa su propia línea de muñecos, luego una serie de dibujos animados e incluso un videojuego realizado por una de las más importantes compañías del sector en dicha decáda: Konami.

«Las aventuras del intrépido Bucky O’Hare…»

Como curiosidad, una instantánea de los miembros del estudio en los años 1977-1978 fue la portada envolvente del famoso one-shot Superman vs. Muhammad Ali, ilustrado por los cofundadores de Continuity Neal Adams y Dick Giordano, en el cual aparecían nombres de la talla de Jack Abel, Mark Alexander, Joe Barney, Pat Bastine, Cary Bates, Joe Brozowski, Joe D’Esposito, John Fuller, Carl Potts, Marshall Rogers, Trevor Von Eeden y Bob Wiacek.

La ironía de un estudio con este nombre, es que los personajes no tuvieron continuidad. El escaso interés de Adams en trabajar en ellos y su deseo de dedicarse a otros menesteres sumado a que, en 1980, la editora de DC Comics Jenette Khan trajo a la compañía de nuevo a Giordano, hicieron que sus funciones allí fuesen cada vez menos. Continuity Graphics Associates cambió su nombre por el de Continuity Studios y tuvo a grandes del medio entre sus filas como Mike Deodato Jr., el español Esteban Maroto, Mark Texeira (que se encargó de Megalith) y otros.

"Samuree acabó en Valiant, como algunos otros."
«Samuree acabó en Valiant al final.»

Finalmente, el estudio tuvo que enfrentarse a algunos problemas legales y financieros, propiciaron que Continuity Comics finalizase su andadura en la industria en el año 1994. Algunos personajes fueron «rescatados» por otras editoriales, como por ejemplo Valiant, que se quedó con algunos como Valeria, Knighthawk y Samuree, la dama de las artes marciales.

Desgraciadamente, Neal Adams falleció en 2022 a los 80 años pero su legado es inmortal y nos deja una increíble cantidad de obras y personajes míticos. A largo de su prolífica carrera, que comenzó en los años sesenta, Neal Adams realizó cómics alucinantes y fue co-creador de personajes como Ra’s al Ghul, Man-Bat y John Stewart para DC Comics. También fue firme defensor de los derechos de los creadores y ayudó a conseguir una pensión y el reconocimiento a los creadores de Superman, Jerry Siegel y Joe Shuster. Como fan del cómic en general y de su labor en la industria en particular, el haber podido saludarle, estrechar su mano y charlar un poquito con él en la Comic Con de Bruselas de 2019 es sin duda uno de esos recuerdos imborrables que se lleva uno y que, como aficionado, le hacen a uno un poco más feliz. Neal Adams, el eterno superhéroe del cómic.

«¡Siempre serás Megalith para nosotros, Neal!»