Muchos de nosotros guardamos grandes recuerdos de momentos impagables vividos en unos antros de vicio y diversión llamados salones recreativos. A principios de los noventa, los salones recreativos estaban en su máximo apogeo. En la actualidad, muy pocos son los salones recreativos que aún perduran en nuestra querida piel de toro y las máquinas que allí aguantan estoicas el paso del tiempo, están en serio peligro de extinción. Atrás quedaron los buenos tiempos en los que pasábamos horas y horas aporreando los botones y gastando monedas.

Y qué mejor tema para hoy, que el gran juego arcade basado en los amarillentos y televisivos personajes nacidos de la mente de Matt Groening. Un arcade que nos devolverá a aquella época de recreativas maravillosas que nos hicieron disfrutar tantísimo con grandes momentos que, para muchos de nosotros, están grabados a fuego en la retina. Así que, aprovechando que recientemente se ha reeditado en XBLA y PlayStation Network, vamos con una recreativa de lujo: Los Simpsons Arcade Game.

¿Quién no conoce hoy a Los Simpsons? De las tiras cómicas a la pequeña pantalla, la familia Simpson consiguió transformarse en poco tiempo en un hito televisivo que aún hoy, más de veinte años después de su nacimiento, sigue vendiendo gran cantidad de merchandising de todo tipo y logrando grandes cifras de audiencias a pesar de sucesivas reposiciones. El mundo del videojuego ha visto como la amarillenta familia ha recibido títulos bastante aceptables para distintas plataformas (como Bart Simpson’s Escape from Camp Deadly  para Game Boy o The Simpsons: Bart’s Nightmare para Super Nintendo y Mega Drive) pero ninguno es tan recordado y querido como la mítica máquina recreativa de Konami.

Era el año 1991, justo al finalizar la segunda temporada de TV, cuando la compañía japonesa, que se había labrado una gran reputación realizando juegos formidables tanto para recreativas como para consolas domésticas, lanza un street brawler magistral basado en la famosa serie de televisión. El juego pronto se convierte en uno de los favoritos de los habituales a los salones recreativos, dada su gran calidad y la diversión que proporcionaba poder jugar hasta cuatro amigos a la vez controlando a los miembros de la popular familia.

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La clásica escena introductoria de la serie, daba paso a uno de los arcades más divertidos y entrañables que he jugado en mi vida. Todo comienza cuando la pequeña Maggie (el bebé de Los Simpsons) es raptada por Smithers, el esbirro del señor Burns. Debido a un desafortunado encontronazo, la benjamina de los Simpsons porta un valioso diamante en lugar de su clásico chupete, joya que desea el huraño y cascarrabias dueño de la central nuclear. A partir de aquí, Homer, Bart, Lisa y Marge tendrán que recorrer la ciudad de Springfield y liarse a mamporros con todos los secuaces de Burns para rescatar a la pequeña Maggie.

La mecánica de juego era la de un beat ‘em up con scroll lateral en el cual podíamos golpear a nuestros enemigos con golpes simples o combinándolos con salto y golpe (como se estilaba en aquella época) además de permitirnos usar diferentes objetos del escenario para atizar a los esbirros e incluso colaborar entre dos jugadores para eliminarlos. La fauna de personajes que nos encontrábamos en lugares emblemáticos de la ciudad de Los Simpsons era bastante variopinta e iba desde tipos disfrazados de conejitos hasta señores trajeados con sombrero.

Los habilidades de los personajes estaban bien diferenciados, siendo Homer (fuerza bruta) y Bart (el cual portaba además su famoso monopatín) los más completos y los más utilizados por aquellos que gastaban copiosamente sus monedas aquellos días. Lisa podía acabar con sus enemigos gracias a su comba y Marge daba buena cuenta de su letal aspiradora para abrirse paso hacia el rescate de su retoño a través de escenarios como el Parque de Atracciones de Krusty, la Taberna de Moe o las calles de ciudad.

Los jefes finales eran bastante duros y eran capaces de ponernos en un serio aprieto a más de uno, amén de vaciar nuestros bolsillos, dicho sea de paso. Pero poco importaba ya que este juegazo nos encandiló a todos gracias a sus gráficos coloristas que reproducían fielmente las características de la serie y una jugabilidad excepcional. Técnicamente, era un título bastante bueno (usaba un motor basado en otro juegazo de Konami, el de las Tortugas Ninja) y además los fans de la serie podían encontrar muchos guiños a la serie y la aparición de personajes carismáticos de la misma. Mención aparte, merece el apartado de sonido donde, además de la clásica sintonía televisiva, destaca la labor de los dobladores originales de la serie como Dan Castellaneta y otros que prestaron sus voces para este videojuegos.

Por todas estas cosas, esta recreativa es recordada como una de las grandes de siempre y tantos años después (tras la insistencia de muchos nostálgicos) está disponible en formato digital en el bazar de Xbox Live y en la Store de Sony PlayStation para su descarga.

Como digo, la familia Simpsons ha saltado al videojuego en numerosas ocasiones hasta nuestros días pero en mi opinión, ninguno ha podido superar a este arcade mítico que además tiene el honor de ser el primer videojuego protagonizado por los vástagos de Mr. Groening. ¿Cómo olvidar la clásica pantalla de bonus en la cual se inflaban los globos? Simplemente genial.

Bien sea por emulación en distintas máquinas o mediante descargas en las consolas actuales, creo que no debéis dejar de pasar esta oportunidad de rememorar aquellos tiempos e incluso disfrutar jugándolo por primera vez, en caso de no haberlo hecho antes.