La versión de Turrican para Nintendo Game Boy que vio la luz a principios de los noventa de la mano de la compañía norteamericana Accolade fue desarrollada por The Code Monkeys. En esta ocasión estamos hablando de un título del año 1991, cuando las consolas portátiles comenzaban a despegar en ventas gracias entre otras a la conocida Game Gear de SEGA y sobre todo al sistema de entretenimiento que hoy nos ocupa, la grandiosa Game Boy.

De los muchos títulos que me marcaron de esta última plataforma, guardo un grato recuerdo de su versión de Turrican. Ya desde la caratula observamos a un héroe mitad hombre-mitad máquina, algo que nos encantaba a la chavalería de aquella época, máxime si el héroe en cuestión portaba una poderosa arma de fuego para acabar con sus enemigos. Siendo sincero, la primera vez que lo jugué me encantó y a día de hoy aún me pregunto que es lo hizo que Turrican se convirtiese en uno de mis juegos preferidos de Game Boy.

Turrican – Nintendo Game Boy

Y es que, igual que muchos de los juegos de antaño, la historia era mera excusa para la diversión. Encarnarnado a Turrican, este héroe cibernético, teníamos que explorar la colonia espacial de Alterra a través de 10 intrincados niveles, ya dicho lugar había sido infestada de terribles criaturas alienígenas. Turrican fue un juego diseñado originalmente para Commodore 64 por Manfred Trentz que recibió varias versiones posteriormente. Esta en concreto, fue programada por Elliot Gay y es uno de los juegos del catálogo de la portátil que más buenos ratos me hizo pasar en mis años mozos.

Era un plataformas de disparos en 2D con scroll multidireccional en el cual teníamos que intentar encontrar la salida mientras disparábamos a todo bicho viviente. Murciélagos, robots con pinchos, rocas gigantes y todo tipo de vicisitudes hacían de nuestra misión una misión casi imposible. Y es que una de las señas de identidad de este Turrican era sin duda su elevada dificultad, no apta para jugadores inexpertos.

En lo que respecta a la jugabilidad, era muy divertido. Podíamos mejorar nuestra arma mediante recogida de ítems que nos proporcionaban diferentes tipos de disparo entre los que se incluía un láser, triple disparo, etcétera…) más la posibilidad de usar un látigo de energía (muy útil para determinadas situaciones) si dejamos pulsado el botón de ataque o convertirnos en una especie de bola de energía (Morph-Ball, como en Metroid) durante unos segundos para huir de situaciones complicadas. Y es que no son pocos los que describen este juego como una curiosa mezcla de Metroid y de Psycho-Nics Oscar, por la similitud jugable con el primero y los diseños de niveles del segundo. Pero Turrican va más allá, es una saga con su sello personal y que ha evolucionado a lo largo de los años en diferentes plataformas.

TGB2

Lo verdaderamente alucinante es que tras tantos años, al escuchar la música de este juego aún se me ponga la piel de gallina. Simplemente impresionante. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de una portátil de 8 bits. Increíbles melodías futuristas de una calidad asombrosa sonaban en mi Game Boy y me hacían querer introducir el cartucho una y otra vez. La música de este juego, obra de J.D. Rogers y Paul Kenny, es sin ninguna duda uno de los puntos fuertes de este clásico de bolsillo.

CONCLUSIONES

Gráficamente, hay que reconocer que no era nada del otro mundo pero en honor a la verdad, poco importaba que no tuviese los mejores gráficos de todos porque en lo que respecta a los demás apartados era soberbio. Un juego que tenía un particular encanto y que a día de hoy está algo complicado de conseguir (sobre todo a un precio asequible) así que si entráis a alguna tienda especializada y veis el cartucho a buen precio no lo dudéis y haceos con él. La saga Turrican es sin duda un trozo importante de la historia del videojuego y esta versión portátil no puede faltar en tu colección.